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Cuando Jisung despertó, las ganas de vomitar invadieron su cuerpo. Se levantó y corrió al baño, devolviendo la cena de anoche. Al terminar, se limpió la boca en el lavado y tocó su pancita, rogándole a su bebé que se porte bien porque no estaban solos, estaban con Minho cerca y no quería que lo vea en ese estado y sospeche algo. Esperó unos minutos a recuperarse y luego salió, encontrándose con el castaño ya vestido en la cama.

—¿Te sientes bien? —Preguntó Lee, dándole una mirada de reojo mientras se ponía las zapatillas.

—Estoy bien. Tengo que ir a clases, ya es tarde.  —Dijo, cambiando de tema de forma disimulada.

—Yo también tengo que ir, vamos juntos.

Asintió, yendo por un enterito jardinero y una remera peludita debajo. Su ropa de siempre era muy descubierta, por lo que le costaba un poco vestirse de forma adecuada. En estos momentos así lamenta haber sido tan perra buena en su pasado, no había nada que le cubra lo suficiente el ombligo o el pecho, excepto remeras viejas que usó menos de dos veces. Una vez estuvo listo, caminó a la sala, donde Minho lo esperaba sentado en el desayunador. La mesa estaba repleta de productos de panadería...¿en qué momento Minho salió a comprar todo eso?

—Vaya, es el primer desayuno de verdad que veo en meses. —Comentó, acercándose lo suficiente para que el alfa lo tome por la cintura.

—Pedí un delivery, ven, siéntate a comer aquí. —El mayor señaló sus piernas con una sonrisa.

—Estoy muy pesado...no me vas a aguantar.

—Siéntate.

Sonrió y se sentó obedientemente en el regazo de su alfa. Desde allí recibió la factura rellena de crema directo en la boca, haciendo que se sienta avergonzado por estar siendo alimento como un bebé.

—Puedo comer solo, no tienes que darme todo tu. —Retó al mayor, aunque estaba contento con tanta atención.

—Te quiero alimentar yo. —Insistió el alfa. Tomó su mejilla y le dio un beso con sonido. —Te ves adorable, nene.

—Mmh, hoy estás muy cariñoso...me gusta. —Confesó, haciendo piquito con sus labios para que el contrario lo bese.

Minho lo agarró con determinación, sosteniendo su mentón mientras lo besaba con profundidad, suspirando en medio de la unión debido al placer de sentir su sabor tan dulce. Por mucho tiempo soñó con poder hacer esto sin sentirse culpable de nada, lo estaba disfrutando y se notaba en sus ojos llenos de estrellas brillantes cada vez que miraba al menor.

—Para...para, tenemos que irnos. —Jisung se separó al sentir las manos ajenas colarse en su enterito.

—¿Y si mejor nos quedamos?

—Me gustaría, pero no quiero atrasarme mientras pueda ir.

—¿Por qué lo dices? —Minho frunció las cejas confundido. —¿Hay alguna razón por la que vas a faltar después?

Inmediatamente abrió los ojos asustado por lo que dijo sin querer. Tenía que cuidar mejor sus palabras para no sonar sospechoso.

—No hay ninguna razón, solo no quiero faltar. —Mintió, levantándose con prisa para buscar su cartera. —Bueno, vamos, apúrate.

El alfa no entendió bien, pero hizo caso y lo siguió, cerrando la puerta por último. Como Hyunjin se estaba quedando en la casa de un amigo, tenían la casa para ellos dos. Jisung no sabía si su compañero se fue porque estaba enojado con él o no, era algo que lo mantenía un poco angustiado ya que ellos nunca pelearon en serio, siempre se llevaron de lo más bien. En fin, sus pensamientos se quedaron por la mitad cuando notó que llegaron a la universidad.

Minsung || ¡Sorpresa, tenemos un bebé!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora