❝Eres demasiado amable para el tipo de mundo en el que vivimos ahora, Chan-young❞
❝Precisamente por eso debemos ser así, ¿no?❞
El repentino brote de una extraña enfermedad provoca el declive del mundo tal y como se conoce, creando así, un nuevo mund...
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Nos quedamos unos segundos viendo la grotesca escena delante de nosotros. Totalmente congelados y en silencio. Por suerte, los gritos de la gente y chillidos de las criaturas nos devolvió rápidamente a la cruda realidad.
—Vámonos, ______, por favor vámonos — suplicó en un susurro a lo cual yo respondí poniendo en marcha el auto de nuevo y acelerando lo más rápido que podía.
—¿Y a dónde vamos?
—Yo que sé. A dónde sea. Fuera de aquí.
—¿Salimos de la ciudad?
—¿Crees que estaremos seguros en otra parte?
—Busquemos a mi padre, entonces.
—¿Es un militar, no? Sí, eso… eso podría servir.
Asentí mientras daba un volantazo para evitar a los monstruos que estaban cerca de nosotros y de paso ir en dirección a donde está la base donde mi padre está asignado.
Ninguno dijo nada pues aún estábamos tratando de procesar la verdad. El fin del mundo sucedía justo frente a nuestros ojos, pero aún no éramos capaces de aceptarlo del todo. Nos mantuvimos de esa forma un rato hasta que una explosión a unas cuantas calles provocó que nos asustaramos.
—Mierda, esa era la calle en la que tenía que dar vuelta.
Un helicóptero que había estado en el cielo hace algunos segundos se desplomó y cayó justo en esa calle, haciendo imposible poder atravesarla.
—Pero te sabes otro camino, ¿no?
—Lo averiguaremos — contesté no muy segura mientras me iba de largo y giraba en la calle que seguía —, ¿de pura casualidad sabes dónde estamos?
—No tengo ni idea.
—Dijiste que te sabías orientar bien.
—Pues perdón por estar en shock y no saber dónde estamos, ¿contenta?
Solté un suspiro, sus palabras eran ciertas. No podía culparlo por estar así. Ninguno de los dos podía creer que toda esta situación fuera real.
—Hey, ______, da vuelta ahí — apuntó con su mano la dirección—. Creo que conecta con la calle a la que no pudimos entrar.
—Entendido.
Aceleré un poco para poder llegar más rápido a la esquina, di vuelta y miré a mi alrededor para tratar de orientarme.
—Mira, ahí atrás es donde cayó el helicóptero — avisó Saeyoung —. Si das vuelta aquí seguiremos recto por la misma calle.
Sin detener el vehículo giré hacia donde indicaba mi compañero.
—Creo que ya me volví a ubicar. Solo estamos unos minutos lejos.
—Entonces lleguemos rápido.
Asentí y volví a acelerar lo más que podía mientras me aseguraba de esquivar todo el desastre que había en el camino, desde otros coches hasta cuerpos inertes.
