Chapter 14: La guarida: Yeonjun arreglar.

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Tras un polvo brutal y bastante sucio, me quedé exhausto y aturdido. Yeonjun frotaba su rostro sudado contra mi pelo y me apretaba mientras producía un leve ronroneo. Recosté la cabeza sobre él y cerré un momento los ojos. El despacho apestaba a lobo y a sexo. Esperaba que el señor Xing se pasara el día enfadado y preguntándose qué era ese olor tan fuerte que llegaba del final del pasillo. Eso me hizo sonreír un poco. Tras la inflamación nos movimos lentamente y me subí los pantalones, notando cierta incomodidad al sentir mi trasero empapado y viscoso. Después me giré, apoyé la cadera en la mesa y, con un suspiro, me crucé de brazos.

—¿Necesitas algo más, Yeonjun? —le pregunté al lobo mientras se terminaba de atar el cinturón grueso y negro con hebilla plateada.

—Yeonjun hambre —respondió sin alzar la mirada.

—Hay un pavo entero en casa, en el horno. Te daré las llaves —me separé de la mesa y fui hacia la puerta, pero entonces oí un sonido metálico.

—Yeonjun tiene llaves —le oí decir.

Me quedé con los labios entreabiertos, mirando las llaves nuevas y brillantes que colgaban de un llavero con dos pequeños peluches de gatito y ardilla.

—¿Por qué cojones tienes una copia de mis llaves? —quise saber.

—Yeonjun tiene que entrar en su Guarida. Necesita llaves —dijo, como si fuera evidente. Volvió a guardárselas en el pantalón y se acercó a mí para rozarme la cara contra la suya en una caricia—. Yeonjun vuelve a por Beom cuando termine.

Antes de que abriera la puerta y se fuera, le detuve agarrándolo de su bíceps.

—¿La Manada no trabaja esta noche?

—Manada no necesita a Yeonjun más esta noche.

Solté un murmullo de entendimiento y chisqué la lengua antes de decir:

—Hay ropa de tu talla en la bolsa al lado del armario, cuando estés en casa, póntela para estar cómodo.

Yeonjun asintió como un lobo obediente y se fue por el pasillo en dirección a la puerta mecánica, se puso la capucha de la sudadera que le había regalado y se sumergió bajo la luz amarillenta y la lluvia de la calle. De vuelta al mostrador, encontré un par de billetes y algunas monedas de los adolescentes colocados que habían entrado antes que el lobo y yo. Habían tenido la tienda solo para ellos, sin vigilancia, y habían pagado lo que se habían llevado, así que debían ir muy, muy fumados. Metí el dinero en la caja, fui a por un cigarro y lo encendí de camino a la puerta antes de sacar el móvil. Cada vez tenía más preguntas y más preocupaciones con respecto a Yeonjun. Quería mantenerle a mi lado, pero no que influyera o estorbara en mi vida, lo que, al parecer, estaba empezando a hacer sin consideración alguna. Así que me puse a leer cómo no había hecho en mi puta vida, sumergido por completo en la sección de «Socialización y Lenguaje de los Hombres Lobo». Era una especie de cajón de sastre con teorías disparatadas y suposiciones junto con reportajes, enlaces a secciones de libros sobre el tema e incluso estudios universitarios de antropólogos y científicos. Había mucha mierda que no me interesaba, por supuesto, como temas biológicos y anatómicos. No necesitaba que un experto me dijera que los lobos tenían un escroto más grande y que sus testículos producían el doble de esperma y estaban más calientes que el de los humanos, porque eso ya lo sabía yo después de lamerle los cojones a Yeonjun. Lo que me interesaba más era la parte social, de lenguaje y comportamiento. A mitad de la noche di con un enlace muy interesante, una estudiante de antropología de las islas británicas había tenido una «experiencia inmersiva» con un lobo; lo que quería decir que se había hecho lobera, se lo había follado durante mes y medio y había hecho un trabajo serio sobre los tipos de gruñidos y gemidos que emitía en diferentes ocasiones. Había incluso archivos de audio que podías escuchar con esos ruidos.

──  𝓗𝗎𝗆𝖺𝗇𝗈 世'✿ 𝗬𝗲𝗼𝗻𝗴𝘆𝘂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora