Chapter 10: El olor a macho: un posible negocio.

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La gente era una puta asquerosa y me daba ganas de vomitar, pero como me alegraba. El subforo «Compra y Venta de Feromonas» era un nido de depravados y autoproclamados «coleccionistas de aromas». Según parecía, pagaban mucho dinero por sábanas, mantas, edredones, camisetas, pantalones… más dinero cuanto más Olor a Macho tuvieran y más íntimo y sórdido fuera. Había usuarios que pagaban una almohada o cojín «muy oloroso» por cien dólares. ¡Cien putos dólares por una almohada sucia sobre la que hubiera dormido un lobo! Pero eso no era lo mejor, llegaban a pagar incluso más por ropa interior, pantalones y camisetas… Ofrecían hasta mil dólares por los pantalones muy usados y bien sucios de un Alfa. Porque, según comprendí después de pasarme una hora flipando en aquel subforo, era que las diferentes categorías en la Manada también influían en el Olor a Macho, haciéndolo más potente y penetrante cuanto más alto fuera el rango. Otro factor que entraba en juego era el propio lobo, ya que algunos tenían más feromonas por ser especialmente sexuales, lo que no tenía nada que ver con lo otro.

El caso es que, aunque fuera un estúpido Macho Común de la manada, como muy probablemente fuera Yeonjun, pagaban un mínimo de cien dólares que podía varias dependiendo de la cantidad de feromonas del lobo y la intensidad de la «impregnación». Bueno, yo tenía dos almohadas por las que se había pasado la polla, así que contaba con que uno de esos «coleccionistas de aromas» quisieran olfatearlas hasta que el plumón se les metiera por la nariz. Si conseguía vender un par de cosas, quizá podría ganar entre unos seiscientos y ochocientos dólares. Con lo que tenía en casa manchado con El Celo y lo que pudiera conseguir mientras duraran las visitas de Yeonjun … Quizá me sacara una buena tajada de aquella mierda de situación.

Así que el plan inicial de quemarlo todo y echarle de mi casa a patadas cambió por completo. Ese lobo se iba a quedar y me iba a sudar cada puñetero milímetro de ropa que hubiera en mi casa. Con esa idea en mente, entré en el subforo «Socialización y Lenguaje de los Hombres Lobo» y después en «Prácticas de Cortejo y Desarrollo de Vínculos». Había muchísimos temas allí, muchísima información un tanto caótica que no terminaba de entender muy bien. A veces usaban jerga del propio foro, diminutivos y expresiones que sonaban estúpidas: «omeguizar», «impregnación», «esnifadores», «marcar», «mormonar»… y cosas así. Hasta que no encontré un glosario de términos en la página principal del Foro, fue como leer un puto telegrama sin sentido.

De la mucha gente retorcida que había en ese Foro Amante de los Hombres Lobo, estaban los que querían sólo follárselos, «loberos», que eran como el ochenta y cinco por ciento. Interesados en estrategias para atraer a los Hombres Lobo y conseguir un exitoso Celo. Después estaba el otro quince por ciento que estaba todavía más jodido de la cabeza. Entre ellos estaban los «Coleccionistas de Aromas» a los que llamaban despectivamente «esnifadores»; y los que querían ser «Omegas». Eso era difícil de creer, pero había gente, personas trastornadas, cuyo objetivo en la vida era «ligarse a un lobo» y conseguir una especie de relación seria a la que llamaban «Vínculo Completo». No quería ni tomármelos en serio, pero, por desgracia, allí estaban todos los hilos que me interesaban sobre cómo mantener a Yeonjun el mayor tiempo a mi lado. Leí la explicación bastante desarrollada de la usuaria Omega4Life, tan útil como perturbadora sobre cómo «Mantener a tu lobo enamorado». Sentí un escalofrío de arriba abajo y tuve que salir a fumar fuera de la tienda. Con un cigarro en la boca, de cuclillas al lado de la puerta y con una cerveza abierta en el suelo, comencé a leer aquel texto bíblico.

Todo empezaba con una gran declaración: «Cada Macho, al igual que su olor, es diferente». Al igual que los humanos, tenían sus gustos, sus ideas y sus necesidades, aunque compartieran un núcleo común que eran sus instintos básicos y sus costumbres. Dicho esto, Omega4Life describía una serie de «actos» o «señales» que poder dar a tu lobo para decirle en un lenguaje que él entendiera que querías que siguiera visitándote y «haciéndote el amor…». Según esa usuaria, mantener la vivienda y a uno mismo con su Olor a Macho era esencial, llegaba a recomendar ducharse lo menos posible y, de tener que hacerlo, mantener siempre algo impregnado de tu Macho para poder llevar su olor encima de alguna forma. Otra táctica que solía funcionar era «forzarles» a dormir a tu lado con comida, chantajes sexuales y caricias. No lo decía así de claro, pero básicamente era a lo que se refería: que los mantuvieras cebados, bien follados y mimados. Lo cual yo ya hacía, así que genial.

──  𝓗𝗎𝗆𝖺𝗇𝗈 世'✿ 𝗬𝗲𝗼𝗻𝗴𝘆𝘂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora