Capítulo 2

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Luego de aquel festival, el descanso terminó, por lo que los pilares se encontrarían en sus labores diarias. Shinoko, quien atendía en la finca mariposa, estaría perdido en sus pensamientos. "¿por qué unos ojos tan lindos tienen que estar tan tristes?".

Los minutos pasaban, pero parecían horas, algo que provocaba gran malestar. Arrepentido en haberse fijado en alguien que jamás se fijará en el, que pesar. La voz de uno de los niños lo sacó de sus pensamientos, mientras levantaba la cabeza algo confundido.

- Shinoko-san, vino alguien a verlo¡! -dijieron los tres pequeños niños, casi al unísono-

- hmm... ¿de quién se trata? Estoy ocupado -respondió mientras les sonreía- y recuerden no gritar.

- Etto... creo que es el pilar del amor, pero no estoy seguro porque no abrimos la puerta -respondió Kyo, mientras asentía la cabeza- pero seguro si era el, porque el único hombre que llora así es el.

- ¿uh? (Mitsu, ¿llorando?...) haganlo pasar directo a mi oficina, ya -dijo algo preocupado mientras corria hacia su oficina- ¡rápido!

Tras entrar a su oficina, ordenó lo más rápido posible y ocultó los frascos con glicinas. Tomó aire y al escuchar el sonido de la puerta, se giró rápidamente para así abrirla.

- oh, bienvenido Kanroji-san, ¿qué lo trae por acá? -lo miró con una sonrisa, viendo las lagrimas en sus ojos- ¿estás bien?

El pasó en silencio y espero a que cerrara la puerta para poder abrazarlo, mientras comenzaba a llorar a cántaros. Se aferró a el con tanta fuerza que casi no lo dejaba respirar, menos si escondía su cara entre sus pechos.

- ¡Ehhh! ¡espera Mitsuki! -dijo mientras trataba de safarce mientras tomaba aire- ¿qué pasó?

- Es Iguro-san... ¡ella no quiere verme! -empezó a secarse las lagrimas- ¿hice algo malo?

Shinoko lo miró con tristeza para luego invitarlo a sentarse, dando pequeñas palmaditas sobre la camilla que tenían a su lado. Una vez que los dos estuvieran sentados, el tomó con suavidad su cabeza y lo recosto sobre su regazo, mientras le acariciaba la cabeza.

- Ya ya... tranquilo, no haz hecho nada malo -habló con tranquilidad- ¿sabes si le pasó algo?

- ¡no!, ¡cada vez que voy a su finca no me atiende y cuando intento mandarle mensajes con mi cuervo, no está! -dijo comenzando de nuevo a llorar- ¿por qué me evita?

Shinoko lo miró y soltó una pequeña risa, mientras se cubría la boca.

- Eres tonto eh, Iguro se está quedando con Shinazugawa hace días -dijo entre risas- se fue porque en su casa había plaga de piojillos.

- ¿QUEEE? ¿¡Por qué no me enteré!? -hablo con sorpresa- ¿entonces no me odia?

- ¿por qué lo haría?

Mitsuki soltó una risa para luego abrazarlo mientras aún permanecía acostado sobre sus piernas.

- Gracias Shinoko, eres un gran amigo -le dio una gran sonrisa, provocando que el pelinegro se sonrojara- no se que haría sin ti.

- No lo agradezcas, es lo que un buen amigo haría (Sólo un amigo...) -le devolvió la sonrisa con un leve sonrojo en sus mejillas- estoy para lo que necesites.

- Hmm necesito un beso tuyo -dijo bromeando mientras levantaba ambas cejas- ¿me lo das?

- ya empezaste -se cubrió los ojos dos segundos mientras suspiraba, para luego empujarlo- claro, ¿por qué no? Es lo que un buen amigo hace

Le dio un beso en la mejilla para luego, correspondiendo a sus bromas, dijo:

- ¿ahí o en la boquita mi corazón?

Mitsuki lo miró y luego comenzó a reirse, Shinoko lo seguiría después.

- Por eso eres mi mejor amigo, otra persona me hubiera mirado mal -dijo entre risas para luego suspirar- ya tengo que irme, debería ir a ver a Iguro-san, quizás este estresada por lo que ocurre en su casa, ¡adiós! ¡te quiero mucho!

- (mejor amigo... amigo...) hasta luego Mitsuki -se despidió alegremente mientras lo miraba irse-

Nuevamente se sumergió en un gran pesar, nuevamente sus pensamientos comenzaban a molestarlo. Esta vez aún peor, al cierto punto de que lagrimas empezaron a salir de sus ojos. Mientras se sentaba en una pequeña silla que tenía a su alcance, se abrazó a sí mismo y sólo miró al piso. Se maldecia una y otra vez, mientras en su cabeza resonaba aquel "amigo" que había dicho el pelirrosa.

- Dios, por favor, dejame nacer otra vez -dijo entre lagrimas, mientras se tomaba el pecho con fuerza-

Otra vez se sumergia en arrepentimiento y dolor, ¿cómo una vida tan joven podía tener tanta agonía? A la vida no le bastaba el sufrimiento a tan temprana edad, que aún podía enviar más. A veces la vida puede ser tan cruel, tan dolorosa, tan injusta. ¿No somos muy jóvenes para esto?

Continuará...

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⏰ Última actualización: Aug 08 ⏰

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Lo Que Calla Mi Sonrisa [ShinoMitsu-Mitsushino][BL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora