Alison:
Oliver y mi equipo de seguridad nos acompañan, voy con mi hermano en el auto que Alexander me regalo con regalo de boda, un Ferrari último modelo, no lo manejo yo, si no; mi chófer, es la primera vez que subo en este pues como dije, casi no salgo.
Alejandro esta entretenido en su libro de dinosaurios que le regalo Alex, tan solo tiene 3 años y muestra una gran inteligencia, esta aprendiendo la lengua de señas y ya puede decir unas frases en esta.
Por mi lado, me esta costando aprenderla pero no me dare por vencida.
Nuestro auto se estaciona frente a la empresa, mis guardaespaldas bajan para verificar que todo esté en orden y así pueda bajar, le coloco un gorra y un cubre bocas a Alejandro, debemos mantener su rostro oculto de los demas.
Bajamos del auto y en automático los guardaespaldas nos rodean para evitar que se nos acerquen.
Las pocas veces que he venido a la empresa después de la boda, los empleados me saludan como "Sra. Williams", algunos me miran bien; otras me miran mal y hablan a mis espaldas, no me molesta, he decidí dejar de prestar atención a eso.
Por mi pueden decir lo que quieran, Alexander y Yo sabemos la verdad.
Llegamos al piso de Presidencia y me dirijo a la Oficina de Alex, Toco la puerta pasando después de escuchar el "Adelante".
Alex esta sentado en su silla tecleando en su Computadora y enfrente de él; un chico escribe en una Tablet.
—Hola amor—. saluda Alexander al verme—Hola campeón —. saluda a Alejandro.
mi pequeño corre a abrazarlo y saluda con su manita al joven, este lo saluda de regreso.
—Hola Guapo— Me acerco lentamente hasta el escritorio — buenas tardes—. Saludo al joven.
—Buenas tardes señora Williams —. Se levanta para así saludarme con la mano.
—Amor, él es Gabriel, mi Secretario de Confianza —. Ahora recuerdo que Alex me habló de él.
—Un gusto conocerte en persona, Mi esposo ya me había hablado de ti—. Lo saludo alegremente.
—Lo mismo digo, Aquí el señor; me ha hablado mucho de usted, realmente quería estar en su boda pero el trabajo no me lo permitió, una disculpa.
—No te preocupes, la culpa es del jefe porque darte tanto trabajo—. bromeo, veo a Alex quien me mira indignado, Gabriel y Yo; reímos a carcajadas.
—Bueno, bueno, ya—. Nos interrumpe Alex—Mira campeón, ya quedó tu peluche.
Le enseña su oso a Alejandro, este ríe feliz pues es uno de sus favoritos.
—Bien, entonces, iré con las chicas, espero y se porten bien mientras no estoy—. lo miró seriamente, a veces esos dos hacen fiesta cuando no estoy.
Una vez hicieron de la cocina un desastre intentando hacer galletas.
Con qué no hagan un desastre aquí en la empresa todo esta bien.
—Nos portaremos bien, ve con cuidado, Oliver cuida bien de ella por favor—. Le dijo a mi amigo.
—Por supuesto —. asintió.
—Nos vemos luego Gabriel, fue un gusto conocerte —. me despido.
—El gusto fue mio.
—Te amo mi amor, nos vemos al rato mi nene—. Le digo a mi niño, este sostiene mi mano con fuerza y niega con la cabeza.
—¿Qué pasa mi amor?—. Le pregunto hagachandome a su altura.
Me rodea con sus brazitos.
—Mis amigas me esperan, cuando regrese prometo jugar contigo tanto como quieras —. Le prometo con el meñique.
—Ven campeón, dejemos que tu Hermana se relaje un rato—. Lo carga Alexander.
—Cuídalo por favor —. Le pido. Alex afirma con la cabeza y luego me da un beso en los labios.
—Nos vemos al rato.
sin más, me doy vuelta y salgo de la oficina siendo seguida de los guardaespaldas y de Oliver quien permanece a mi lado.
Bajamos hasta el primer piso donde ya está la salida.
Una vez afuera camino de prisa pues se me hace tarde, reviso mi celular pues los mensajes de Hana me dicen que me apresure.
—Oh, disculpa—. no veo a un joven que sale corriendo de la acera, carga unos cuantos libros.
Es un joven atractivo de unos 26 años, con el cabello castaño claro y ojos azules, sus lentes lo hacen lucir muy intelectual, Lleva una camisa blanca y jeans.
—¡Lo siento!—. grita el joven avergonzado, sus libros están en el piso a causa del choque.
Me agacho rápidamente para ayudarlo a recogerlos.
Oliver y los demas guardaespaldas alejan al chico para evitar que se acerque a mi.
—Hey, no se preocupen fue un accidente —. les digo para que lo suelten.
El Joven los mira tímidamente.
—¿Estás bien?—. le pregunto con preocupación.
El joven asiente, aún aturdido.
—Lo siento mucho—. repite—No vi... estaba distraído.
Sonrío amablemente.
—No te preocupes, estoy bien.
Oliver se acerca, vigilante, mientras el joven y yo recogemos los libros restantes. Cuando terminamos, el joven se levanta, aún un poco aturdido.
—Gracias...gracias por su ayuda—. dice, mirándome— Me llamo Erick, por cierto.
Sonrío de nuevo.
—Encantada, Erick. Yo soy Alison. Bueno, debemos irnos. Que tengas un buen día.
Mientras nos alejamos, Oliver se acerca a mí.
—¿Estás bien?— me pregunta en voz baja.
Asiento.
—Sí, estoy bien. Solo un accidente.
Oliver mira hacia atrás, donde Erick está observándonos.
—No me gusta—, dice en voz baja—Algo no me parece bien.
Sonrío.
—No te preocupes, Oliver. Es solo un joven nervioso.
Oliver me mira Pero no parece convencido.
—Ya Oliver, exageras, No parece mala persona.
—Alison, tú confías en todos.
—Y tú sospechas de todos.
—Tengo mis razones.
—¿Por qué me querría hacer daño?
—No lo se, Alexander duplicó tu seguridad, tendrá sus razones y como tu guardaespaldas personal tengo la obligación de cuidarte de todos y sospechar también.
...
Narrador Omnisciente
Mientras Alison t sus guardaespaldas se subían a los autos; de lejos un hombre encapuchado los miraba atentamente.
—En que lío te metiste Bonita.
Susurró mientras tomaba su taza de cafe.
Al igual, del otro lado de la calle alguien más respondía una llamada.
—Acaba de salir de la empresa.
—Perfecto, ¿tiene el rastreador?
—Si, se lo puse.
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Una disculpa, se que he tardado en actualizar, ando modo bloqueo y sin Internet, espero volver pronto con un maratón, hasta entonces cuídense.
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Lo Que Me Pertenece.
Sonstiges-No tienes otra salida, te quitarán a tu hermano, no tienes lo suficiente para poder hacerte cargo tú sola, cásate conmigo y tendrás la custodia de tu hermano, eso es lo que quieres, ¿no?, sabes perfectamente que tú sola no podrías tenerla, es un tr...