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ㅤㅤ⃨ㅤ□ㅤ𝖳𝗲𝗋𝗋𝗼𝗋 𝘆 𝗆𝖺𝗅.

⠀⠀      𓆖 ⠀  ⠀⠀                 一部

La semana para Sunghoon empezó realmente mal, aunque hace unos días había tenido la mejor experiencia sexual de toda su vida con Lee Heeseung, algo andaba mal.

Empezaban las inscripciones en la academia Verloren, Sunghoon estaba enloqueciendo.

En la televisión, apareció un reportaje algo sumamente extraño, se daba a conocer el primer asesinato del campus. 'Choi Beomgyu', fué asesinado esa tarde, y algunos presentes dijeron que vieron a alguien vestido de un 'Diablo rojo'.

...
La noche era oscura y tormentosa, un reflejo perfecto del humor de Sunghoon. Estaba sentado en el salón principal de Casa-Kairo, con los brazos cruzados y el ceño fruncido. La llegada de nuevos reclutas no era algo que él hubiera aprobado, y mucho menos la idea de que uno de ellos pudiera desafiar su liderazgo.

Sunghoon rodó los ojos, enojado.
—Cualquier perra que quiera entrar y arruinar mi perfecto liderazgo tendrá que sufrir!! —espetó, su voz goteando veneno. —

Heeseung, sentado a su lado, levantó una ceja.
—¿Por qué te molesta tanto? —preguntó, tratando de sonar despreocupado. — Solo serán nuevos chicos..

Sunghoon bufó.
—Porque esta es mi hermandad, y no voy a dejar que unos novatos arruinen todo lo que he construido.

Los nuevos reclutas se encontraban en el centro de la sala, observando la opulencia y el lujo de Casa-Kairo. Karina, una chica de 18 años con ojos negros y cabello azul, tenía una mirada desafiante en su rostro. Su reputación de ser vengativa la precedía, y parecía estar lista para demostrarlo. A su lado, Yeonjun, un joven de 20 años con ojos medio azules y cabello negro, se mantenía en silencio, su altura y presencia imponentes. Soobin, de 21 años, parecía más relajado, pero había una sombra de preocupación en sus ojos. Ni-ki, el más joven con 16 años, miraba alrededor con una sonrisa que no llegaba a sus ojos, su presencia era inquietante.

Finalmente, Taehyun, un joven de 20 años, se acercó a Sunghoon con una expresión amigable.
—Hola, Sunghoon. Es un honor estar aquí.. contigo.—dijo, su voz suave y cortés.

Sunghoon lo miró de arriba a abajo, evaluándolo.
—Más te vale no causar problemas. —respondió, su tono frío. Abrió sus ojos al ver un bolso. — ¿De qué marca es? Se vé raro. — Soltó una risita.

Heeseung observó la interacción, sintiendo una punzada de celos. Taehyun parecía demasiado cercano a Sunghoon para su gusto, y la situación no mejoraba.

El ambiente en la sala se volvió tenso cuando el director Jaehyun entró. Su expresión severa dejaba claro que no estaba allí para una visita amistosa. Jaehyun odiaba Casa-Kairo y no perdía oportunidad para demostrarlo.

—Escuchen bien, todos ustedes —dijo Jaehyun, su voz resonando en la sala—. A partir de ahora, cualquier recluto que quiera ser líder, se le otorgará la oportunidad. No más jerarquías inamovibles.

Sunghoon se puso de pie de un salto, furioso.
—¡¿Qué?! ¡Eso es ridículo! —exclamó, su rostro rojo de ira—. Esta es mi hermandad. ¡No puedes hacer eso!

Jaehyun lo miró con frialdad.
—Puedo y lo haré. Si no te gusta, puedes irte, Sunghoon.

— Perra..

El salón se sumió en un tenso silencio. Los reclutas se miraron entre sí, evaluando sus posibilidades. Karina sonrió de manera malévola, disfrutando de la agitación que había provocado. Yeonjun permaneció impasible, pero una chispa de interés brilló en sus ojos.

Heeseung se acercó a Sunghoon, tratando de calmarlo.
—Vamos, Sunghoon. No vale la pena pelear por esto ahora. —dijo en voz baja.

Sunghoon lo fulminó con la mirada, pero finalmente cedió, volviendo a su asiento.
—Esto no ha terminado —murmuró, apretando los dientes.

Esa noche, mientras los nuevos reclutos se instalaban, una sensación de incertidumbre se apoderó de Casa-Kairo. Las alianzas se formaban y las sospechas crecían. Nadie sabía en quién confiar, y el misterio del "Diablo Rojo" comenzaba a pesar sobre todos..

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Soobin se estaba viendo al espejo una noche mientras todos los reclutas dormían. La luz tenue del cuarto apenas iluminaba su reflejo, haciendo que sus ojos oscuros brillaran con un extraño resplandor. De repente, escuchó un sonido proveniente del armario, un crujido suave pero perturbador.

— ¿Huh? — murmuró, preocupado.

Con cautela, se giró hacia el armario, sus ojos captaron una figura extraña. Alguien estaba allí, vestido como un diablo rojo, con un hacha en sus manos. La figura parecía casi irreal, como sacada de una pesadilla.

— ¡Debe ser alguna broma! — exclamó, tratando de convencerse. — Es molesto.

Sin embargo, su voz temblaba ligeramente. Dio un paso hacia atrás, evaluando la situación, pero antes de que pudiera reaccionar, la figura se abalanzó sobre él con una rapidez inhumana. Soobin intentó gritar, pero el sonido se ahogó en su garganta. El filo del hacha brilló a la luz tenue antes de caer con un golpe sordo.

Soobin logró esquivarlo, fué a su computadora más cercana y empezó a mandar un tweet.

” Un diablo rojo quiere matarme, ¡Ayuda! "

Antes de poder reaccionar, el diablo rojo lo apuñaló por la espalda. Soobin recayó, pero a los momentos se volvió a levantar para subir el tweet. El diablo rojo se escapó por la ventana.
...

Mientras tanto, Jake entró a la habitación,  miró la escena, espantado.

— Es obvio que fué Sunghoon. — Sospechó mientras trataba de sacar el cuerpo de la habitación, pero Jungwon lo vió mientras salía del baño.

Jungwon, gritó tan fuerte, señalaba a Jake, culpandolo de la muerte de Soobin. La sangre se esparcía por el suelo.

Jay subió al escuchar el grito de Jungwon, lo miró mientras veía el cuerpo. 

Sunghoon debía enterarse de eso.

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Sunghoon estaba furioso, sus sospechas dirigidas hacia los reclutos.
—Esto es una declaración de guerra, perras. —dijo, mirando a todos con desconfianza—. Y voy a descubrir quién está detrás de esto, obviamente es Jake.

Heeseung intentó mantenerse calmado, pero las sospechas también lo carcomían.
—Tenemos que estar juntos en esto, Sunghoon. No podemos permitir que nos dividan.

La noche se tornó aún más oscura cuando otro ataque ocurrió. Jake, con su sonrisa inquietante, se convirtió en el centro de las sospechas. Su comportamiento errático no ayudaba a calmar los ánimos.

En un rincón oscuro de la mansión, Taehyun se acercó a Sunghoon, su voz baja y conspirativa.
—Sunghoon, no sé en quién confiar. Pero sé que tú puedes mantenernos a salvo.

Sunghoon lo miró, su desconfianza inicial disipándose ligeramente.
—Lo haré, Taehyun. Pero tienes que estar preparado para todo...

Heeseung miró de reojo la situación, algo no andaba bien con él.

...
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¡Perras! Espero que les haya gustado este capítulo aunque haya sido corto. :3
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