Él era la estrella del equipo de americano.
Ella una simple chica que lo veía desde las gradas y, además, era su vecina.
¿Cómo es que siendo tan diferentes sus caminos se cruzaron?
❝𝘽𝙪𝙩 𝙨𝙝𝙚 𝙬𝙚𝙖𝙧𝙨 𝙨𝙝𝙤𝙧𝙩 𝙨𝙠𝙞𝙧𝙩𝙨, 𝙄 𝙬𝙚𝙖𝙧 𝙏-𝙨...
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Había llegado el día de la tan preciada competencia con el postre de calabaza. Llevaba muchas canastas, todas ellas llenas con mis postres, por ello, mi madre se ofreció a llevarme y yo acepte. En cuanto llegamos, note como el jardín principal de la escuela estaba repleto de varias mesas, en cada una, estaba el nombre de los estudiantes que participarían. Con la ayuda de mi madre, nos dirigimos hasta mi mesa y me ayudo a acomodar mis postres, había optado por hacer un pay de calabaza, lo había cortado en diversos pedazos y estaban empaquetados en unas bolsitas de plástico con decorado de hermosas calabazas.
—Gracias por ayudarme, ma, pero creo que ya tienes que irte, los profes no tardaran en llegar —dije.
—Está bien, cariño —se acercó a mí y dejo un beso en mi frente—. Que tengas mucha suerte, recuerda que tú eres muy capaz de todo, ¿okay?
—Okay, mamá. No me hagas ponerme sentimental aquí.
Me dio una última sonrisa y se marchó.
Abrace mi cuerpo, intentando darle calor, sí que había sido una mala idea que decidieran hacer este evento al aire libre en pleno otoño. Mire a mi lado al chico que estaba ordenando sus postres, percatándome que era Sato.
—¡Sato! —me acerque a él—. Así que tú también participaras, ¿eh? —mire su mesa, había traído galletas. ¿Tal vez debí irme por lo básico y no arriesgarme con el maldito pay que nunca antes había preparado?
—¡Sí! Este es mi último año y me gustaría participar para no quedar con las ganas —termino de acomodar sus galletas y me miro.
—Creo que tuvimos la misma idea —solté una risita. Mire como varios profesores estaban en las primeras mesas—. Ya viene los profes. ¡Mucha suerte! —comencé a caminar hacia mi mesa.
—¡Tú también, Yui!
Me coloque en la silla que estaba justo detrás de mi mesa, varios maestros pasaban por los postres, además, entre ellos estaban camuflajeados los encargados de todo el evento que se dedicaban a calificar la presentación y sabor de cada postre. También ayudaba que tan bien recibieran el postre los demás alumnos, pero yo no había tenido tanta suerte en ese aspecto. Claro que varios se habían acercado, pero no los suficientes como para que me declararan ganadora.
Solté un suspiro y miré el pasto debajo de mis pies. Creo que si fue un poco tonto pensar que ganaría teniendo en cuenta la cantidad de alumnos con los que competía.
—¡Yui! —escuche un grito a lo lejos. Al levantar mi vista, me tope con Mina corriendo hacia mí, agitando sus brazos—. ¿Qué tal te va con tus postres? —pregunto en cuanto estuvo delante de mí.
—Uhm, creo que no me quejo —mire mis canastas, mínimo una ya se había vaciado.
—¿Qué? Déjame probar uno —tomo un pedazo de pay y lo probo, soltando un sonidito de aprobación y satisfacción—. ¡Dios, sabe tan bien! No entiendo como la gente decide los demás cuando este es el mejor de todos —miro a las demás mesas, pero nos percatamos que, entre la multitud de alumnos, se abrían paso y dejaban pasar a unas personas.
