Tenía tan solo quince años cuando las cosas se complicaron, nunca entendí como la vida podía cambiar de un segundo a otro, jamás en mi infancia las cosas habían tenido un resultado tan catastrófico, ¿han escuchado la frase "es parte de crecer"?.
Bueno, sabía que el dolor era parte de ello, pero no al grado en que yo lo viví... quería repetirme miles de veces que existían personas con una vida más horrible que la mía, quería hacerme creer que lo que yo vivía no era suficiente motivo para querer desear estar muerto, sin embargo, el sufrimiento no se detenía.
Me quería hacer el fuerte y no verme tan débil como realmente era, porque mi caparazón se estaba rompiendo, yo lo sabía. Pronto caería... entonces quise detener todo, quise que todo acabara y traté de ponerle un alto a lo que me lastimaba.
—¡Basta!— grité, empujando con todas mis fuerzas a mi padre— ¡Detente! ¡Estoy harto de ti, estoy cansado de tu maldita mierda! ¡De tu jodida frustración!.
El sabor de la sangre se colaba a mi boca y mis papilas gustativas lo sentían, mi labio inferior ardía por el corte que mi padre había ocasionado, me encontraba tan mareado y la rabia corría por todo mi ser, sentía como el jugo gástrico subía por mi garganta y quemaba esófago, estaba tan agotado de lo que sucedía, de que casi todos los días él siempre me ofendiera y yo solo lo ignorara subiendo las escaleras hacia mí habitación.
No quería que mi madre se enfermara por todo esto, por eso evitaba pelear cuando se encontraba presente, agradecía tanto a Jane de que la hubiese convencido ir de lunes a viernes a clases de repostería, para que no viera toda esta escena, no quería que ella intentara meterse para defenderme y obtuviera un golpe entre los jalones, ya había sucedido una vez y todo por culpa mía.
—¡No te demando porque eres mi maldito padre!— jadeé, mi garganta y estaba a punto de sollozar— ¡Pero algún día eso me valdrá un jodido carajo! ¡Me voy a cansar, te lo juro!.
—¡Entonces vete! ¡¿Qué hacer en la casa?! ¡Deja de ser un mantenido bueno para nada y sirve para algo, no sólo para drogarte!— él gritó, su mano se aferraba a un cinturón negro de cuero y su mandíbula estaba tensa, sus ojos mostraban furia como si quisiera matarme en ese momento.
—¡Lo hago por mi madre! ¡Si sigo aquí es por ella! ¿¡En serio crees que quiero dejarla sola con una basura como tú!?
Sólo bastó eso para que se acercara con zancadas rápidas y sientiera el golpe del cinturón sobre mi brazo.Ardiendo por completo, proporcionó otros sobre mi espalda. El dolor me había aturdido que me obligaba a cerrar los ojos con fuerza, tratando de soportar el peso de mi cuerpo con mis piernas, le decía a mi resistencia que aguantara otro poco más para que no cayera al suelo, con la poca fuerza y la valentía que me quedaba, lo empujé lejos de mí.
Con pasos tan pesados y rápido me aferré a la idea de subir hasta mi habitación y encerrarme.
Entre mis lamentos me preguntaba, ¿cómo era posible que aún con diecinueve años no podía tener el valor de ponerle un alto a mi padre? ¿Tan cobarde era? ¿En realidad aún sentía un poco de agrado o amor por él?.Porque de algo si estaba demasiado seguro y era que él no sentía ni una pizca de cariño por mí.
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Antes de ella
RomanceEnamorarse nunca fue parte de sus planes y, mucho menos, perder a alguien. Aunque la vida es como un par de dados; nunca sabes que caerá. Antes de Hasley Weigel, hubo alguien más, Bella Adams fue la primera historia de amor que Luke tuvo, sin embarg...