15 de junio de 2015(18 años de edad)

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Yo siempre había sido fiel creyente de que existían las personas malas y las buenas, que la vida se dividía en dos secciones en cuanto a los humanos, que siempre habría un lado oscuro y otro claro, justamente como el Yin y el Yan, sin embargo, jamás me encontraba en uno.

El sonido sordo de la piel chocando contra la chaqueta es lo único que oigo, mientras mi mente se bloquea ante todo y la resistencia en mis piernas comienzan a fallar, lo único que puedo hacer es repetirme Miles de veces "NO CAIGAS", pero fallo en el intento y mi cuerpo se desploma aumentando más el dolor.

—Eres una basura—mi padre escupe de pie—. Piensa que harás de tu maldita vida, ¿O seguirás drogándote hasta que mueras?.

No hago el intento de responder porque porque se que no valdrá la pena.
Con él nada vale la pena. Llevo mi mano hasta el lado derecho de mi pecho y respiro profundamente, aunque el aire se va de nuevo al instante que vuelvo a sentir otro golpe contra mi abdomen, es ahí cuando ignoro todo y sólo puedo escuchar mis jadeos de dolor.

Quiero levantarme y enfrentarlo, pero mis acciones contra él son en vano, a pesar de todo le tengo miedo porque es más corpulento y fuerte que yo.

Cierro mis ojos para evitar llorar, aunque eso es estúpido porque a pesar de ello, las lágrimas salen. Ahogo un sollozo y aprieto mis labios para no soltar ningún sonido. Todo en mí duele, duele hasta el punto en que le pido al cielo que pare esto. Que se detenga todo el dolor que hay en mi vida.

Antes de ellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora