15 de junio de 2011(14 años de edad)

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Empujo el carrito de compras por todo el supermercado mientras tarareo la canción que suena a través de mis auriculares, hasta que un golpe en mi cabeza hace que me detenga por completo, volteo hacia la derecha y veo la sonrisa burlona de Jack a mi lado, ruedo los ojos y quito un auricular de mi oído.

—¿Qué quieres?— demando con el ceño fruncido
—¿Por qué de mal humor, pushi?— cuestiona, ahora, soltando una carcajada mientras pasa uno de sus brazos por mis hombros—. ¿No estás feliz porque mañana sea tu cumpleaños?

Quiero mencionarle que deje de llamarme por aquel apodo, pero se que si lo hago, solo lo estaría provocando aún más, así que me contengo las ganas de alejarlo de mi y tomo una bocanada de aire antes de hablar.

—Exacto, mañana es mi cumpleaños y se supone que no debería de estar aquí con ustedes comprando las cosas para la comida— farfullo y añado—. Eso es sopresa ¿no?
—Que estúpido— rie—,mamá te ha traído para que tú escojas el pastel y las cosas, quiere darte tu gusto, eso es un lindo gesto, sabes que a ella no le gusta que se metan cuando va a cocinar, pero lo está haciendo por ti. Deja de ser tan patán.

—No soy un patán— gruñó y empujo con más fuerzas el carrito
—Eres el único de la familia que tiene un humor de los mil demonios— ataca, pero niega rápidamente para retractarse—, mentira, papá igual

—Estaba a punto de decir eso— menciono y lo miro—. ¿Tú qué me vas a regalar?
Al terminar mi pregunta, la sonrisa de Jack se transforma a una maliciosa acompañada de una mirada cómplice, cómo si lo que estuviera pensando fuera algo completamente erróneo, pero divertido.

Él se aleja de mi y detiene el carrito durante unos segundos para inclinarse hacia mi rostro dejando una pequeña brecha entre nosotros
—Te llevaré a un prostíbulo— murmura y mi entrecejo se arruga totalmente.

—¿Qué?— pregunto incrédulo —¿Estás bromeando, verdad?
—¡No!— grita y vuelve a erguirse—. Lo estuve pensando durante una semana y se me hizo algo cool, ya sé que aún eres menor de edad, pero Freddie se lleva con los tipos de seguridad por lo cual no habrá ningún problema con que tú entres.

Mis labios se entreabren sin saber que decir, sé que es verdad porque es Jack y Jack es un estúpido
Toso y cubro mi boca con la manga de mi suéter, para después regresar mi mirada hacia mi hermano, quien aún me mira con una sonrisa traviesa. Llevo ambas manos a mi rostro y trato de creerme esto, ¿esto es normal? ¿Que tú hermano te lleve con mujeres que venden su cuerpo?

—Eso es raro— murmuró—. Esperaba otra cosa, no eso
—¿Qué? ¿Querías que te hiciera una fiesta sorpresa en el boulevard con globos y todos los animales fueran invitados?— pregunta con burla y cambia su sonrisa a una cínica
—¿Quizá?—

Jack se cuestiona así mismo y, ahora, es el quien frunce el entrecejo formando una mueca con sus labios, rasca la parte trasera de su cuello y se vuelve a acercar a mi cómo si estuviera a punto de contarme un secreto. Que dramático era.

—Luke— me llama—, ¿seguro que no eres gay?
Lo empujo lejos de mi y vuelvo a continuar con mi recorrido por el supermercado en busca de nuestros padres.

Aún no entiendo por qué me sorprende las estupideces que suele decir Jack, si siempre lo hace, no es que yo tenga mal humor, es el quien dice pura basura.

A lo lejos, en la sección de vinos, veo a mi padre, apresuró mi paso hasta llegar con el, quien, al notar mi presencia, me sonríe. Me pongo a su lado y me abstengo de contarle sobre lo que mi hermano me ha contado, porque se que muy en el fondo me da curiosidad ir a un lugar así, pero por el otro, solamente no quiero que lo regañen por darme malas enseñanzas, según mi madre.

—¿Te gusta alguno en especial?— el hombre me pregunta, dirigiendo su mirada a mis ojos—. Te daré permiso de tomar solo por tu cumpleaños, pero hasta mañana, claro está
Abro mis ojos sorprendido y me pregunto si hoy el mundo está loco.

—Mamá te matará— murmuro horrorizado, a mi edad era normal que fuera tan incrédulo
—Lo sé— carcajea—, pero para cuando nos regañe, tú estarás tomando y no podrá hacer nada, tranquilízate. Escoge alguno, el que te guste, ya sea por diseño o sabor, así se aprende, ¿y que mejor que entre familia? Estamos en confianza y te cuidaremos. Eres joven y aún te falta experimentar mucho, hijo mío.

Le regalo una sonrisa sin despegar los labios y asiento. Miro cada una de las botellas y dudo en que si esto es correcto o no, confiaba en mí padre, pero le tenía miedo a mamá, no porque hubiera más respeto hacia ella, sino porque temía a qué se enojara con él y se pelearan. No me gustaba en lo absoluto verlos distanciados, menos si era por mi culpa.

—A-ah, creo que esta— digo por lo bajo y tomo la botella de vino tinto—. Gargalo
—Gargalo— él repite y sonríe—. Vaya, te gustará lo bueno, espero y así me consigas una buena nuera, alguien quien te valore y sea buena mujer, justamente como tú madre.

—Claro, papá— esbozo una sonrisa—. Gracias, te quiero
Él me rodea con su brazo y carraspea, yo dejo caer mi cabeza sobre su cuerpo
—No hay de que, sabes que yo también te quiero— dice y se separa —Ahora vamos en busca de tu madre y hermano porque no sé dónde han de estar, acuérdate de hablarle a Ben para que nos alcance en la pastelería.

Sin hablar, solamente asiento ante lo que ha dicho y lo sigo junto al carrito, me sentía alegre, Ben vendría y quizá él podría impedir que Jack me llevara a aquel lugar.

Antes de ellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora