Ventana de cristal

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Mi polla se endurecía al ver el panorama de la casa de al frente, veo a Leo utilizando sus pies para correr más la cortina, eso me dejaba una vista más amplia, quería buscarlo y arrastrarlo a mi casa para darle una buena follada, pero no era el momento, pronto caerá en mis brazos.

El metía y sacaba ese consolador de su culo, yo iba bajando mis calzones poco a poco, ya estaba completamente desnudo, apoyo un pie en la ventana y comienzo a pajearme de manera sensual, él se esmeraba cada vez más, yo escupía mi glande y continuaba haciéndolo, sacaba mi lengua y la recorría por los labios, el toma su verga y comenzó a masturbarla, solo masturbaba la puntita, ese truco es infalible, así se corría más rápido.

Yo intensifiqué la masturbación haciéndome ver más excitable, su carita de deseo me volvía loco, tenía un culito apetecible, era tanta la excitación que Leo se para de la cama y comienza a masturbarse más rápido, veo que pone su mano en el cuello y lo aprieta fuerte, a los pocos segundos sus pies se doblan al suelo dejándome saber que sé corrió, automáticamente me corrí, el cristal de la ventana lo llené totalmente de semen, él se me queda mirando, yo para darle más morbo a la situación, le paso la lengua a el cristal quitándole el semen restante.

Todavía seguía ahí, mirando con cara de morboso mientras apretaba su tetilla, levante mis manos y cerré mis cortinas, le corté el royo por completo, quería dejarlo un poquito caliente y devolverle el tirón de puerta que me dió.

Era tarde en la noche, cuando mi teléfono comenzó a vibrar, una notificación de Instagram, que raro, al revisar noto que Leo me comenzó a seguir, no lo podía creer, moría de la risa, como carajos ese jovencito me encontró, ni la Interpol se atrevió a tanto.

No le devolví el seguimiento, quería hacerme un poco el duro, reviso la solicitud de mensaje y tenía uno de él.

mensaje*—Hola señor, bonita vista desde mi ventana, te felicito, tienes una verga enorme, desde aquí la veía a la perfección—

Lo comienzo a seguir y le respondo—Gracias lo sé.

—¿Que creído eres no?-me responde.

—No, yo, incapaz—respondo sarcásticamente.

-Estúpido—responde Leo.

—Es broma, no te pongas así. Por cierto tienes buen trasero.

Me envía unos emojis de risa y comenzamos a charlas, a tocar temas calientes, si ya había tenido su primera vez, a lo que me respondió que si, que cuanto me medía la polla, humildemente le respondí diciéndole que 20cm, le digo que cabía perfectamente en su trasero,

—¿En cuál, en este?- dice mientras envía una foto.

Uffff, era una cosa deliciosa, nalgas rojitas, abultadas y rasuradas, eso me calentó un poco, tomo mi mano agarrando mi polla y le envío una foto de ella, quedó perfecta, el glande bien rosado y las venas que resaltaban aún más.

Estaba muy caliente, ya quería otro round,

—¿Quieres montarte aquí?- le digo después de enviarle la foto.

—No lo sé, tendrás que follar muy bien para hacer que yo logre eso, me lo pensaré—dijo mientras se desconecta.

Levanto mi cabeza y noto que apagó la luz de su habitación—Que hijo de puta, me dejo caliente el muy cabrón—digo entre risas

Suelto un gran suspiro y miro hacia mi closet, busqué mi juguete y comencé a follarlo pero esta vez imaginando que era el trasero de Leo.

Lujuria Donde viven las historias. Descúbrelo ahora