Mojados

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Un bostezo enorme hace que me despierte, pongo mis pies en el suelo y camino un poco dormido hacia la cocina, me hago un poco de café y me siento con mi taza de café en el sofá, enciendo la TV y comienzo a ver lo que estaban transmitiendo.

Siento un sonido peculiar, como una hoja de papel deslizándose por el suelo, miro hacia abajo y en la rendija de la puerta había un carta, me levanto del sofá para ver que era, seguro era un recibo de pago o una carta del trabajo, la tomo en mis mano, busco el abre cartas y..

—A las 9:00 de la noche en la venta de tu habitación, no falte, atentamente Leo y una polla chorreando semen que había dibujado—

—Carajos!, esto debe de ser unas de sus bromas-digo mientras tiro la carta al bote de basura.

Tengo ganas de relajarme así que desayuno algo sencillo y comienzo mi día, cuando termino de desayunar, tomo una copa, abro mi botella de vino y me dirijo al baño, comienzo a llenar mi tina, al llenarse, me quito toda la ropa y me meto en ella,

—Mmm, que calentita, así me gusta-dije mientras llevo la copa de vino a mi nariz para oler la majestuosidad del mismo, pruebo un sorbo y perfecto, una delicia.

Mi teléfono comenzó a sonar.

(Sonido de teléfono)

-¿Quién demonios será?, no responderé.

(Sonido de teléfono)

—Joder, quien molesta tan temprano-

Me seco las manos y las estiro para llegar a mi celular, lo tomo sin salir del agua, es un compañero de trabajo, descuelgo la llamada y comenzamos a charlar, me contaba unos asuntos de el trabajo para que esté pendiente y sepa lo que tendré que hacer el día de mi incorporación, cuelgo la llamada.

Ese compañero mío, le encanta hacerse el machito, está muy bien la verdad, va a trabajar con unos pantalones apretados que se le marca toda la polla, se la pasa toqueteando su pene y eso me pone un poco, pero nunca se ha insinuado a nada conmigo, dicen que es heterosexual pero yo no me trago ese cuento.

Un día nos agarró tarde en la oficina, estábamos los dos solos, yo estaba sentado haciendo unas cosas en el ordenador y él estaba pegado a su teléfono tenía unos auriculares puesto, me dice que iría un momento al baño, qué tal vez se demoraba un poco, yo asenté con mi cabeza y él se fue, pasaban los minutos y no llegaba, me preocupé y salgo a buscarlo, al entrar al baño veía sus pies, seguro estaba haciendo sus necesidades, eso pensé, pero cuando estaba saliendo escuché un gemido, rápidamente me acerco por el costado de la puerta, miro por una ranura y me quedé paralizado, estaba viendo porno gay mientras jalaba su vergota, era una salvajada de polla, más grande que la mía, estuve ahí un buen rato, seguía mirando por la rendija, eso me dió un morbo terrible, de repente comenzó a chorrear semen, no tenía como parar, embarró todo su celular, yo rápidamente corrí a mi oficina, hice como si no pasara nada, después de eso me le quedaba mirando pero nunca mostró alguna señal.

Después de recordar esto me vine un poco arriba, y más que estaba desnudo en la bañera, tomo mi celular y busco la foto que Leo me envió en la noche,

—Menudas nalgas, que deseo de follarme todo su culo—dije mientras agarraba la cabeza de mi verga—

Ahí comencé a jalarme el rabo, el agua hacía que resbalara más y eso era más rico, el chapoteo del agua con mi polla era un sonido gustoso, me corrí muy rápido ahora el agua de mi tina estaba llena de semen, que maravilla.

Salgo de ahí, voy a la habitación mientras me seco el cuerpo, me asomo en la ventana y nada, su habitación estaba cerrada, era por la tarde de seguro estaba con su familia. Voy a la cocina a comer algo y me visto un poco sport, el sol no estaba tan fuerte, comienzo a correr, corrí un largo tramo, ya estaba cansado, más o menos me tomó 1h regresar a casa.

Al regresar estaba Leo asomado en su balcón, lo saludo mientras le sonrió y me devuelve el saludo, al fin nos comportamos como personas.

Entro a la casa, me quito la camisa y me pongo a preparar la cena, eran las 7:30pm, ahí estuve un buen rato, al terminar comienzo a comer, me había hecho unas pastas, me apetecía comer algo italiano, me quedó genial, tengo una mano exquisita para todo, cuando estoy limpiando los platos, saco de la basura la carta, la vuelvo a leer, y miro el reloj, faltaban 10 minutos para las 9:00pm, no me iba a asomar en la ventana esta vez, tenía la certeza de que quería gastarme una broma.

Lavo mis dientes, y voy de camino a mi cama, me quito la ropa y me quedo en calzones, me tiro en la cama y comienzo a ver una serie en la laptop.

Siento unas piedrecitas que golpean el cristal de la ventana, no me quería levantar seguí viendo mi serie, las piedras iban y venía, yo no reaccionaba, pasaron 10 minutos cuando siento la puerta principal, estaban tocando.

-¡Quién será a estas horas!-dije mientras me levantaba de la cama—

Lujuria Donde viven las historias. Descúbrelo ahora