Dia 1: Gato maldito

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"Señor bigotes"

El ocaso estaba poco a poco haciendo acto de presencia en aquella tarde de caluroso verano, aunque el aire estaba caliente, muchas familias se encontraban disfrutando de un buen sábado, a pesar de que el gran festival que le distinguía a aquella ciudad ya se había celebrado meses atrás, aún no podía apagarse el sentimiento de festividad en las calles.

La música de jazz inundaba las calles, parejas bailando y otro simplemente disfrutando de la música, el panorama era agradable para cualquiera, pero no para aquella pobre criatura que corría todo lo que sus pequeñas patitas podían tratando de escapar de una jauría de perros callejeros que para su mala suerte se encontró en el peor momento.

El pobre felino corría intensamente, tratando de perder a quienes por el momento eran sus peores enemigos, y aunque les llevaba algo de ventaja no podía detenerse, en su mente todo lo que podía hacer era correr aun cuando su corazón latía frenéticamente y sus músculos les pedían a gritos un descanso.

Ya era de noche cuando por fin pudo tomar un respiro, no sabía si había perdido a los perros o estos simplemente había perdido el interés en él. Sea como fuere, se alegraba de que lo dejaran en paz, tenía demasiados problemas por el momento como para estar lidiando con una situación estúpida.

Desde siempre había aborrecido a los perros, pero en ese momento los odiaba con toda su alma, pero no podían competir con el odio que tenía por Vox en ese momento, él y su estúpida idea de ir a aquellos lagos en china.

Alastor había deseado hacer ese viaje a China por mucho tiempo, con los años de trabajo que venía realizando desde que era joven y un poco de ayuda de su querida tía Rosie, tenía ahorrado lo suficiente como recorrer aquel país asiático. Pero nunca se imaginó que encontraría al idiota de Vox en aquel lugar y lo peor de todo que se le pegó a él como una chinche durante todo su viaje.

- Oh mira Vaggie, es un pobre gatito – Una chica a la cual Alastor no reconoció lo saco de sus pensamientos – Se mira muy cansado y veo que tiene sus patitas heridas

- ¿Cansado? Más bien se mira muy jodido – Comento la otra mujer que se llamaba Vaggie, Alastor solo pudo verla con enfado, aunque al parecer ellas no lo notaron – Se mira pulgoso, no lo vayas a tocar, hay que irnos

- ¡¿IRNOS?! – Exclamo la primera mujer, Alastor simplemente pudo cerrar los ojos ante tal efusividad de ella – Por dios Vaggie, este gatito está indefenso y herido, no puedo dejarlo de esa manera.

Y ante la mirada enojada de Vaggie y de un Alastor sorprendido por lo que estaba haciendo. La joven mujer lo tomo entre sus brazos y comenzó a caminar rumbo a su hogar sin importarle que el felino en sus brazos, con la poca fuerza que le quedaba, se retorciera en un intento por escapar,

Esto era lo único que le faltaba, ser secuestrado. Lo único que quería era encontrar agua caliente y así poder volver a su forma original, pero siendo verano, era mucho más difícil hacerlo, sin contar que como un pequeño animal pasaba por un montón de dificultades para poder llegar a su hogar.

El trayecto a la casa de la mujer fue rápido, aunque tuvo que escuchar todo el parloteo de esas dos mujeres, Alastor simplemente pudo cerrar los ojos, sabía que era inútil escapar en ese momento, la mujer lo sujetaba lo suficientemente fuerte para que no se escapara, pero aun sin llegar a lastimarlo.

Pero tan solo llegar al hogar de aquella mujer, y después de una breve despedida por parte de aquella mujer castaña que lo insulto, Alastor supo de quién se trataba, era nada más y nada menos que Charlotte "Charlie" Magne, la "adorada" hija de Lucius Magne, el dueño de prácticamente toda Nueva Orleans. Charlie era amable y humilde, pero tenía una tendencia a ser un poco empalagosa con la gente a su alrededor, y ni hablar de que veía positividad en toda la gente, a pesar de que claramente muchos la utilizaban por su ingenuidad. Eso era lo que más molestaba a Alastor, esa manera infantil de vivir y la manera tonta en la que creía en la bondad de las personas.

Charlastor Week 2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora