Día 7: Día libre

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"Mejores amigos"

La primera vez que lo vio fue en primer año, en aquella clase de deportes de la preparatoria, un chico castaño que corría en una carrera de atletismo llamó su atención, el calor del verano lograba que las mejillas del castaño se tiñeran salvajemente de color carmín, dándole un aspecto adorable ante sus ojos, su corazón latió apresuradamente ante la imagen de aquel joven castaño demostró, era la primera vez que sus ojos se posaban en un chico. 
Con timidez se acercó a felicitarlo por haber ganado la carrera, pensando que su felicitación sería rechazada ante la atenta mirada de sus compañeros de clase. Con lo que no contaba era que el chico castaño le sonreía alegremente y se presentará.
En ese momento inició su amistad con Alastor Roussell

[...]

Charlie escuchaba atento las palabras de Alastor, y su efusividad por contar su día a día lograba que Charlie sonriera tímidamente. No podía dejar de mirarlo mientras caminaban rumbo a la preparatoria, poco a poco sintió que su corazón palpitaba con más fuerza a medida que sentía más su cercanía. 
La primavera recién comenzaba y con ello los sentimientos que Charlie comenzaba a experimentar.

[...]

Ambos reían ante las ocurrencias de Alastor en aquel restaurante de comida rápida. Nunca antes se la había pasado también con alguien como lo había hecho con él. 
El joven castaño se distrajo con su celular al haberle llegado un mensaje, Charlie no pudo evitar observarlo de manera cariñosa al mismo tiempo que sentía un cosquilleo en su estómago. En ese momento, la joven Magne supo que estaba perdida, se había enamorado de su mejor amigo. 

[...]

La televisión era lo único que iluminaba la estancia, ninguno de los dos hablaba. Esa noche era su maratón de películas de terror, algo que a la joven rubia le encantaba. De pronto sintió cómo algo tocó su hombro, al girar su cabeza, se dio cuenta de que Alastor se había quedado profundamente dormido sobre su hombro. No pudo evitar sonreír tímidamente al verlo, el pobre había trabajado muy duro para sus exámenes de la universidad esa semana que el cansancio pudo con él. 
Tratando de no despertarlo, lo recostó lentamente en el sofá, con delicadeza acarició su mejilla con el dorso de su mano. 
Su corazón latía frenéticamente al tenerlo cerca, como siempre lo había hecho desde hace seis años, cuando lo conoció por primera vez.

[...]

Las luces neón iluminaban su botella de cerveza, se encontraban en la barra tomando. El sonido de unos tambores y unas trompetas comenzó y la voz de una chica comenzó a salir de las bocinas. El joven castaño la tomó de un brazo y la arrastró a la pista de baile, había olvidado que aquella era su canción favorita. 

Con sutileza trató de zafarse de su agarre, su nerviosismo por tenerlo tan cerca salía a flote, trató de disimularlo argumentando lo extraño que se verían bailando una canción romántica. Pero eso no le importó al chico castaño, simplemente le dedico una sonrisa radiante. La joven rubia sintió su corazón romperse al escuchar cómo Alastor decía que, por falta de una acompañante femenina, ella tendría que bailar con él. Aun así, no desaprovecharía la oportunidad de bailar con el chico castaño. 

Alastor se movía al compás de la música de una manera armoniosa, de vez en cuando cerraba los ojos, tratando de sentir al máximo las palabras de Junko Ohashi. Charlie trataba de seguirle el paso, pero le era imposible, se perdía en las expresiones que Alastor hacía. 
De vez en cuando rozaba sus manos con los del chico castaño, logrando que este abriera los ojos y le sonriera de la manera más tierna que pudo. La joven Magne sentía que su corazón explotaría en cualquier momento. Una sonrisa de Alastor logró que sus piernas temblaran y sus mejillas se sonrojaran. 

El joven castaño lentamente se fue acercando más y más a Charlie hasta quedar a unos centímetros de su rostro. Alastor tomó ambas mejillas de la joven con sus manos y unió sus labios con los de él para así fundirse en un beso tan intenso que tuvieron que separarse por falta de aire. El joven la miró con infinita ternura y la tomó de la cintura, mientras que ella reposó sus brazos en el cuello del joven.

Charlie sentía que miles de mariposas revoloteaban en todo su ser, subían y bajaban por su pecho, el beso que tanto había ansiado.

Lentamente, se fueron separando, Charlie deseaba que ese momento no fuera efímero y solo algo del momento, pero sus dudas fueron resueltas al escuchar las palabras de Alastor en su oído derecho.

— El primero de muchos.

Fin.

Bueno es algo corto, así que espero y les guste.

Me encantó estar participando en esta semana Charlastor, es la primera vez que participo en una. Espero y les haya gustado todas estas pequeñas historias que conformaron está semana. Ya estoy trabajando en los próximos fanfics de esta pareja así que nos veremos pronto

Ah por cierto, si quieren saber la canción que están bailando es I love you so de Junko Ohashi, está canción la estaba escuchando cuando se me ocurrió este one shot.

Charlastor Week 2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora