Capítulo 2

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Juro solemnemente que mis intenciones no son buenas..

Harry Potter empezaba a recuperar la conciencia lentamente

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Harry Potter empezaba a recuperar la conciencia lentamente. El primer indicio de la realidad que se le presentaba era el cálido resplandor de una fogata en la habitación. Su mente, todavía aturdida, se aferraba a la confusión: ¿no debería estar en los baños? Si lo habían encontrado, lo lógico era que estuviera en la enfermería.

¿Dónde estoy?

Se preguntó mientras se incorporaba con brusquedad, solo para ser abrumado por un mareo que lo hizo tambalear. Al buscar desesperadamente algún punto de referencia en el entorno desconocido, su atención se centró en un movimiento cercano.

Una voz suave y desconocida lo sacó de su inquietante búsqueda.

—¿Harry? Oh, querido, ya estás despierto.

—¿Dónde... estoy? —preguntó Harry, apenas capaz de vocalizar las palabras.

—Estás en la sala que viene y se va— respondió la voz.

—Oh, no sabía de este lugar — dijo Harry, tratando de recordar en el mapa de los merodeadores si estaba este lugar. Pero no encontró nada en su memoria.

—Este lugar no está en ningún mapa, y solo aparece cuando alguien realmente necesita ayuda—La voz parecía leer sus pensamientos.

— Gracias, pero ¿quién eres y qué hago aquí? Yo debería estar en...—Harry estaba abrumado por las preguntas que tenía en mente

— Por Merlín, ¿dónde están mis modales? — rio la voz. — Soy Astoria Greengrass, una serpiente como puedes deducir. Estás aquí porque Mirtle le avisó a Draco que estabas en grave peligro. Él corrió a tu lado sin pensarlo. Cuando lo vi abrazándote y rogándote que no te fueras, fue un momento que no quisiera para mis peores enemigos— dijo, mientras miraba a Draco, que yacía dormido en el sillón.

— Draco... estaba rogando para que no muriera— las palabras hicieron que el corazón de Harry latiera con una intensidad descontrolada.

— Sé que no es mi lugar, pero Draco siente algo por ti, y por tu reacción, puedo ver que tú también sientes algo por él— concluyó Astoria, con una mirada que comprendía más de lo que las palabras podían expresar.

Harry miró a Astoria con incertidumbre, sus emociones a flor de piel. Su voz temblaba mientras intentaba expresar lo que sentía.

— Yo... nunca entendí cómo era el amor. Mi corazón late tan fuerte, como si fuera a salir de mi pecho... ¿es eso normal? — preguntó, con una mezcla de confusión y ansiedad.

Astoria le sonrió con calidez y comprensión.

— Dime Astoria o Tori, cariño, lo que estás sintiendo es amor. Estás enamorado de Draco. Sé que al principio las cosas entre ustedes no fueron fáciles, pero estoy convencida de que tú y Draco son almas gemelas — le explicó con dulzura.

El beso del verdadero amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora