Capítulo 7

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En la agitada vida de Ron Weasley, el mundo parecía desmoronarse en un torbellino de confusión y arrepentimiento

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En la agitada vida de Ron Weasley, el mundo parecía desmoronarse en un torbellino de confusión y arrepentimiento. El peso de sus decisiones recientes lo mantenía en un estado constante de incertidumbre, su mente perdida entre nubes de remordimiento. La culpa lo consumía al pensar en su mejor amigo, Harry, al que había dejado solo en los momentos más oscuros. ¿Cómo pudo ser tan egoísta? Ron sabía que su decisión de participar en el concurso, forzado por la presión, había creado una distancia innecesaria entre ellos. Sus palabras duras y sus críticas hacia Harry, que simplemente buscaba un poco de fama, resonaban en su mente como ecos de una traición imperdonable.

En los últimos tiempos, Ron se sintió como el peor amigo del mundo. La desaprobación de sus hermanos y de algunos amigos lo rodeaba, haciéndolo sentir aún más aislado. Hermione, por otro lado, parecía estar navegando en un mar diferente. Ella eligió acompañar a Ron en lugar de estar con Harry, pero había algo en su mirada que dejaba ver el impacto de su decisión. Ron se daba cuenta de que, mientras Harry y Hermione se acercaban más, él se quedaba en la periferia de su amistad, observando desde la distancia.

Las pequeñas pijamadas que Harry y Hermione compartían, aunque él estaba invitado, no le resultaban atractivas. La unión entre ellos se volvía más evidente con cada encuentro, y eso solo profundizaba el dolor en el pecho de Ron. Porque en medio de todo este caos, Ron no solo estaba luchando con su propia culpa, sino que también estaba lidiando con un sentimiento aún más complicado: su amor no correspondido por Hermione.

A veces, Ron sentía que era un completo idiota, incapaz de expresar lo que realmente sentía. El orgullo y el miedo al rechazo lo mantenían en silencio, mientras su corazón se rompía lentamente al ver a Hermione más cerca de Harry. En su mundo lleno de nubes de arrepentimiento, Ron anhelaba encontrar el valor para ser el amigo que necesitaba ser y, quizás, el amoroso que deseaba ser. Pero por ahora, solo podía observar desde la distancia, preguntándose si algún día encontraría una manera de enmendar sus errores y confesar lo que realmente sentía.

Ron Weasley caminaba por el comedor, el bullicio habitual y el aroma de la comida parecían desvanecerse en el aire. Sin embargo, algo estaba claramente fuera de lugar. Harry Potter no estaba allí. La ausencia de su amigo era palpable, y la tristeza en las caras de sus hermanos, Neville y el pequeño Liam, solo intensificaba su preocupación.

Ron sabía que la salud de Harry no era la mejor, especialmente después de todo lo que había pasado con los Dursley. La cruel indiferencia de su familia adoptiva había dejado cicatrices profundas, y el estado de su alimentación era una de ellas. La preocupación de Ron crecía con cada minuto que pasaba sin ver a Harry. ¿Dónde estaba? ¿Estaba bien?

Sus ojos recorrían el comedor, esperando ver ese característico cabello negro de Harry, pero en su lugar, solo encontraba miradas inquietantes y un sentimiento de tensión en el aire. De repente, Ron sintió una presencia que lo helaba hasta los huesos. Miró hacia el rincón más oscuro y vio a Draco Malfoy, con una expresión que parecía combinar desprecio y hostilidad.

El beso del verdadero amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora