Cap1- Manhattan

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La ciudad de new york, mi hogar, mis raíces, siempre fui nivel clase media, estaba en mi cafetería, en realidad cafetería de mis padres, que algún día seria mía

-Charlotte – escuché la voz suave de mi abuelo, amarre mi delantal con fuerza, di mi mejor sonrisa y salí de la cocina

-Tata – exclame suavemente mientras servía su taza de café, toda buena mañana se inicia con una

-Viste la nueva firma que abrieron en la oficina de la calle 19 – exclamo con el periódico y la pipa en la mano

-Escuche algo de eso esta mañana cuando desayunaba -Deberías inscribirte y conseguir un trabajo de verdad

- Tengo un trabajo de verdad tata, estoy aquí contigo, con mamá, con papá – exclame con una sonrisa, el rodo los ojos y empezó a refunfuñar.

Mi sueño desde que era pequeña era ser una gran abogada, amé la ley, cuando tenía 16 años ya me sabia todas las normas de todos los estados en USA, pero me enfoqué más en la cafetería, termine mi carrera de Derecho, solo necesito hacer las pasantías en alguna firma importante y seré una "Abogada oficial" según la ley, iba hacer todo de seguido, pero el abuelo se enfermó y no pude hacer las pasantías a tiempo, sin embargo, por mis buenas calificaciones me lo permitieron.

- Nuevo socio en una de las firmas más importantes de Manhattan – hablo la chica de las noticias - Alexis Sutworth de 27 años, uno de los jóvenes abogados más deseados tanto por el mundo de la Ley, como en de la vida personal de muchas asistentes – sonrió coqueta- es el nuevo abogado oficial y mano derecha de él mismo Geoffrey Lawrence

sonríe, su compañero sigue hablando

- Muy cierto Julieta –sonríe- a las 3:15 de la tarde, el señor Sutworth estara haciendo su primer foro para responder preguntas, ya que es participe a un puesto en la ONU, para ayudar al medio ambiente, sigan conectados con nosotros – sonríe y el programa se cambia

-Tienes clientes – exclamó mi madre detrás de mí, niego para mis adentros y solo me dirijo a las mesas, servir café y desayunos, obviamente el sueño de toda chica americana

Sentí como la campana de la puerta sonó, la voz chillona de Margot Miller inundo el restaurante, traía con ella su despampanante vestido rosa con lentejuelas, el cabello rubio atado en una coleta alta, sus tacones color rosa pastel, el abrigo blanco de tercio pelo y un leve maquillaje que resaltaba cada rasgo de su cara

- Como puede ser que de todos los hombres que existen en Manhattan, ninguno sea el indicado para mi –exclamó tomando asiento en la barra

- Buenos días – le sonríe - ¿Vienes por lo de siempre? - la mire con ternura

- Dame lo de siempre Char, pero esta vez para comer aquí, no quiero verle la cara a mi padre

- ¿Pelearon de nuevo? - dije mientras servía su café

- Es que le dije que quería salir con alguien que no sea dueño de alguna empresa..., alguien corriente – hizo una mueca, intentado explicarse

- Y cuando dices corriente te refieres a..? - la miro disimuladamente, mientras sirvo su desayuno, huevos rancheros con tostadas a la francesa, miel por encima y azúcar glas, lo pongo delante de ella, veo como deja el tema y sus ojos empiezan a brillar al ver el plato, saco su celular para tomar una foto

- En mis tiempos solo comíamos la maldita comida y dábamos gracias por estar vivos – exclamo mi abuelo mirando a Margot

- Tata, solo es una foto – dijo ella sonriendo, el abuelo veía a Margot como una nieta más, así que se tomaba la libertad de insultarla siempre que podía, como si de sangre fuera, no importa que clase social seas en la cafetería siempre serás bienvenido, era el lema principal de mi abuelo

- ¿Y te vas a comer la foto? - yo reí por lo bajo al ver como Margot y él se ponían a discutir

El día estuvo algo tranquilo, Tata castigó a Margot por respondona y la puso a trabajar conmigo todo el día

-Este delantal me queda genial – exclamó ella feliz frente al espejo el cual ella estaba limpiando, negué con una sonrisa, escuché de fondo como sonaba el teléfono

- Charlotte teléfono! - grito mi madre desde la cocina, me levanté del suelo limpiando mis rodillas, corrí hasta detrás de la barra

- Cafetería Joy's, hablas con Charlotte - conteste amable

- Mucho gusto Charlotte hablas con Loty de la calle 19, ¿podría hacerte un pedido?, leí que ustedes no hacen domicilio, pero en serio es muy urgente – dijo la chica algo desesperada, suspire y mire el lugar, estaba algo vacío, excepto por la señora Pufs y sus perritos, los viejos amigos del abuelo, no quiero dejar a Margot sola, me da miedo mi pobre cafetería, pero creo que estará bien, si no me demoro tanto

- ¿Señorita? - la voz en el teléfono me saco de los pensamientos

- Dígame la orden y con mucho gusto se la llevo

- 8 rollos de canela,4 pasteles de chocolate, 1 de vainilla, 3 capuchinos, 2 café con leche, y un Caramel Macchhiato

- ¿Sería todo? - preguntó amablemente

- Si señorita - me responde algo nerviosa

- Esta bien, en 15 minutos tendrá su orden – sonrió mirando a mi mamá que acaba de sacar los pasteles del horno

- Muchas Gracias

- Un placer – cuelgo y empiezo hacer los cafés mientras mi madre guarda los pasteles

- Nosotros no hacemos domicilios – exclamó mi madre un tanto furiosa – ¿porqué no puede pasar alguien por ellos?, ¿porque llevarlos?

- Mamá, son personas de la firma, tal vez están ocupados, mira la hora deben estar estresados

- Estresada estoy yo haciendo pasteles todo el día – me grita, camino hasta donde ella y la abrazó

- ¿Qué está pasando? - susurro a su hombro – nunca estas molesta

- El señor Ricardo llamo de nuevo...-soltó, es el casero de la zona, debido a que mi abuelo se enfermó una temporada no pudimos pagar la renta del local, el señor Ricardo nos jode desde entonces con sacarnos de aquí

- ¿Por qué no me dijiste? – exclame molesta

- No quería que te preocuparas, tu padre y yo podemos manejarlo.

Por primera vez me quede callada, no rechiste, ni hice ningún comentario, mi cabeza conecto y dije internamente a eso que he estado posponiendo tanto <Hazlo>, solo mi mente y yo sabíamos lo que iba a pasar después, besé a mamá, tome las cosas que tenía que llevar y salí del café, encaminando me, hacía el gran edificio que se veía tan lejano estando tan cerca.  

EVITERNODonde viven las historias. Descúbrelo ahora