2. Pasando el día con los Pocamonta

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Zachary despertó con un dolor punzante en la cabeza y un nudo en el estómago. Abrió los ojos lentamente y se encontró colgado de un árbol en medio de un denso bosque. Las cuerdas que lo ataban eran gruesas y resistentes, y el frío de la mañana le mordía la piel.

- ¿Qué...? - Murmuró, intentando recordar cómo había llegado allí. El resplandor de las luces láser y el pánico de Peyton regresaron a su mente.

A su alrededor, dos Pocamonta estaban en medio de una discusión animada. Uno de ellos, con una armadura de un tono gris oscuro y una máscara que le ocultaba casi todo el rostro, estaba claramente frustrado.

- ¡Dije que no debías traer esa comida! - Exclamó el Pocamonta de la armadura gris.

- ¡Yo no la perdí! - Replicó el otro Pocamonta, con una armadura negra que parecía más gastada. - Se cayó en algún lugar, seguro.

- ¡No puedes perder la comida en un lugar como este! - El Pocamonta gris golpeó el suelo con un puño, y Zach sintió la vibración de la tierra bajo sus pies. - ¿Cómo vamos a justificar la falta de provisiones ante el jefe?

Zach intentó moverse, pero las cuerdas eran demasiado apretadas. Los Pocamonta parecían tan concentrados en su discusión que aún no lo habían notado.

- Necesito salir de aquí. - Pensó Zach, mirando a su alrededor en busca de algo que pudiera usar para liberarse.

De repente, el Pocamonta de armadura negro se giró y vio a Zach por primera vez.

- ¡Hey! ¡El prisionero está despierto!

El Pocamonta gris se volvió rápidamente hacia Zach, su expresión oculta detrás de la máscara.

- ¿Despierto, eh? - Su voz era grave y autoritaria. - ¿Qué tal tu descanso? Espero que no te incomode, pero tenemos que decidir qué hacer contigo.

Zach trató de mantener la calma, a pesar de la incomodidad de estar colgado de un árbol.

- ¿Qué quieren de mí? - Preguntó con voz firme. - Solo estoy tratando de volver a casa.

El Pocamonta gris se acercó a Zach, observándolo detenidamente.

- Eso depende de ti. Si puedes demostrar que no eres una amenaza, podrías salir de aquí. Pero por ahora, estás aquí por razones que aún no hemos decidido.

Mientras el Pocamonta gris se apartaba para continuar la conversación, Zach notó que el Pocamonta negro estaba buscando algo en una mochila. Con rapidez, Zach se puso a trabajar en un plan. Si podía mantener a los Pocamonta distraídos con su discusión, tal vez podría encontrar una forma de soltarse.

De repente, una idea se le ocurrió. Con su mente trabajando a toda prisa, Zach decidió intentar un truco de distracción.

- Oigan. - Dijo, intentando sonar tan tranquilo como pudiera, - si no saben dónde está la comida, tal vez puedan preguntarle a alguien que pueda tener una pista. ¿Hay algún tipo de líder o alguien que pueda ayudarles?

El Pocamonta gris se giró hacia él, su expresión oculta tras la máscara no mostraba emociones, pero su tono era inquisitivo.

- ¿Y por qué crees que nosotros querríamos escucharte?

- Bueno... - Dijo Zach, con la esperanza de que su idea funcionara. - Si me liberas, podría intentar ayudar. Quizás pueda encontrar la comida o, al menos, distraer al jefe para que no se enoje demasiado.

El Pocamonta gris lo miró con desconfianza, pero también parecía estar considerando la oferta. Mientras tanto, el Pocamonta negro seguía buscando en su mochila. Zach sabía que debía aprovechar esta oportunidad antes de que la conversación tomara un giro más peligroso.

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