༄☆- ¿MAS QUE AMIGOS? -☆༄

·-Dos Rayitas y un Secreto-·

Narradora

Después de grabar todo el día, Ian no podía dejar de pensar en eso. La prueba. Esa maldita prueba de embarazo que encontró en el bote de basura del baño. Dos rayitas. Positivo.
No quiso decir nada al instante, tenía que confirmarlo... tenía que hablar con Fede. Pero no quería arruinar la grabación, así que aguantó hasta la noche, aunque cada sonrisa falsa frente a la cámara le quemaba la garganta.

Y justo cuando pensó que las dudas se calmarían, grabaron un video donde Fede actuó... raro. Más cansado, más sensible, más... diferente. Ian sentía que se estaba volviendo loco.

[Ya en la noche, la casa en silencio, solo el murmullo lejano del aire acondicionado]

Ian toca la puerta del cuarto de Fede, con el corazón latiendo como si fuese a reventar.

Ian: (voz baja pero firme)
—Fede... ¿podemos hablar un segundo?

Fede: (desde la cama, medio adormilado)
—¿Qué pasa, Iani? ¿Todo bien?

Ian entra, sin decir una palabra al principio. Mete la mano en el bolsillo de su hoodie y saca algo.

Ian:
—Esto... ¿es real?

Abre la mano y deja ver la prueba de embarazo. Fede se congela. Sus ojos se abren como si acabara de ver un fantasma.

Fede: (temblando)
—E-eh... no. No, claro que no.

Ian lo mira directo, con una seriedad que rara vez muestra.

Ian:
—No me mientas, Fede.

Silencio. Pesado. Insoportable.

Fede: (casi susurrando)
—Sí... es verdadera. Pero yo... no estoy embarazado— De repente, se lleva la mano a la boca y sale corriendo al baño.

Ian lo sigue, rápido, y lo encuentra inclinándose sobre el lavabo, vomitando.

Ian:
—¿Seguro que no lo estás?

Fede: (con voz rota)
—No lo sé, mierda, Ian... tengo miedo. No estoy listo para ser papá. No ahora.

Ian se acerca y lo rodea con los brazos por la cintura, apoyando la frente en su hombro.

Ian:
—Yo también tengo miedo... pero no estás solo. Si esto es real, vamos a enfrentarlo juntos, ¿vale?

Fede asiente, con lágrimas en los ojos. Se gira y lo abraza fuerte, buscando refugio en ese pecho donde todo siempre parece estar bien.

Fede:
—Te amo, Iani...

Ian: (con una sonrisa suave)
—Yo también te amo, bebé.

Fede levanta la cabeza, curioso.

Fede:
—A veces me pregunto... ¿por qué siempre me decís "bebé" o "chiquito"?

Ian: (intentando sonar tierno)
—Porque sos más pequeñito que yo... físicamente, digo.

Fede: (fingiendo indignación)
—¿¡Me estás diciendo enano!?

Ian:
—¡No, no, no! O sea, sí sos más bajito, pero eso te hace más adorable.

Fede: (cruzado de brazos, rojo como tomate)
—Callate...