Capítulo 2

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Naruto se encontraba de rodillas en el suelo, su cuerpo temblando involuntariamente. Frente a él, una figura imponente se alzaba, sus ojos negros y profundos clavados en los suyos con una intensidad que le robaba el aliento.

—Naruto —la voz grave y autoritaria resonó en el silencio—. ¿Por qué sigues resistiéndote?

El rubio quería responder, gritar, correr, pero su cuerpo no respondía. Sentía como si una fuerza invisible lo mantuviera en su lugar, incapaz de moverse o hablar.

La figura se acercó, sus pasos lentos y deliberados haciendo eco en la habitación. Naruto podía sentir el sudor frío recorriendo su espalda, su corazón latiendo tan fuerte que temía que pudiera escucharse.

—Sabes que esto es lo que eres —continuó la voz, ahora más cerca—. Es tu naturaleza. ¿Por qué negarlo?

Naruto cerró los ojos con fuerza, deseando despertar de esta pesadilla. Pero al abrirlos, la figura seguía allí, ahora agachada frente a él. Unos dedos largos y fríos rozaron su mejilla, provocándole un escalofrío.

—N-no —logró murmurar Naruto, su voz apenas audible—. Este no soy yo.

Una risa seca y sin humor llenó el aire—. Oh, Naruto. Sigues mintiéndote a ti mismo.

Los dedos se deslizaron por su cuello, y Naruto sintió el peso familiar del collar rozando su piel. Quería gritar, decir que no lo quería, que no lo necesitaba, pero las palabras se atoraban en su garganta.

—'Ven aquí' —ordenó la voz, y Naruto se encontró moviéndose automáticamente, sentándose sobre los muslos de la figura. El agarre en su cadera se intensificó, y Naruto sabía que después tendría marcas. Marcas que demorarían en desaparecer.

—Eres mi pareja, Naruto —susurró la voz en su oído—. Recuerda eso.

Naruto quería negar, quería luchar, pero su cuerpo traicionaba sus deseos. Sentía lágrimas formándose en sus ojos, pero se negaba a dejarlas caer. No le daría esa satisfacción.

Labios fríos recorrieron sus mejillas, bajaron por su mentón y juguetearon con el collar en su cuello. Mordiscos y besos empezaron, arrancando jadeos involuntarios de Naruto. Quería odiarlo, quería que se detuviera, pero una parte de él, una parte que odiaba y temía, respondía a cada toque.

La figura se separó ligeramente, sus ojos negros brillando con una mezcla de deseo y posesividad que aterrorizaba a Naruto.

—'Muéstrame' —exigió la voz—. Muéstrame que 'eres mío'

Naruto sintió que se ahogaba. El aire se volvía cada vez más denso, la habitación parecía girar a su alrededor. Quería gritar, quería...

El sonido estridente de la alarma atravesó la bruma del sueño. Naruto se incorporó de golpe, jadeando y empapado en sudor frío. Su corazón latía desbocado mientras sus ojos recorrían frenéticamente la habitación, asegurándose de que estaba solo, de que todo había sido una pesadilla.

—Solo un sueño —murmuró para sí mismo, su voz temblorosa—. Solo un maldito sueño.

Pero el miedo persistía, aferrándose a él como una segunda piel. Podía sentir el fantasma del collar en su cuello, el eco de esa voz en sus oídos. Se llevó las manos al cuello, frotando la piel como si quisiera borrar una marca invisible.

El pitido insistente de la alarma lo sacó de su estado de pánico. Miró el reloj y el horror lo invadió nuevamente al darse cuenta de que iba tarde al trabajo.

—¡Mierda, mierda, mierda! —exclamó, saltando de la cama y corriendo hacia el baño.

Mientras se lavaba la cara con agua fría, tratando de alejar los últimos vestigios de la pesadilla, su mirada se desvió involuntariamente hacia el espejo. Por un momento, creyó ver la sombra del collar en su reflejo, y tuvo que cerrar los ojos y contar hasta diez para calmarse.

From fall to spring; SasuNaru.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora