||T R E C E||

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HARI

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HARI

No puedo dormir. He dado tantas vueltas en la cama que parezco una batidora; es frustrante considerando que tengo que descansar. Mañana inicia el campamento Mizuki donde haré mi debut frente a las cuatro preparatorias de la asociación Kizuna no Yonkō.

He asistido a cada entrenamiento sin falta a pesar de que no he jugado ni una sola vez en los siguientes partidos de práctica contra algunas preparatorias públicas y privadas de la ciudad. Si, fui a cada juego como suplente y casi me lanzo a jugar cuando competimos contra el Fujimi, pero aún no estaba lista para jugar un set completo “oficial”. Perdimos en el tercer set y creo que tuvimos una mala racha ya que Himari y Winter estaban indispuestas, comieron algo que no les cayó muy bien y no pudieron jugar con el mal de estómago.

Miro el reloj en mi mesita de noche: la 1 de la mañana en punto. Creí que era más tarde, o más temprano. Salgo de mi cama y calzo mi pieza con unas pantuflas de conejitos antes de merodear por la casa como un alma en pena, sin hacer ruido para no despertar a las chicas, mis amigas, que descansan en las habitaciones de invitados. La verdad es que no entiendo como es que llegamos a esto, pero mi madre estaba saltando de alegría porque por fin tenía amigas que pareciendo buenas.

Mi idea era caminar hasta que me sintiera cansada, sin embargo, el efecto es el contrario, siento los ojos aún más abiertos. La idea de pasear en el jardín trasero luce atractiva en mi cabeza, pero no es posible, está en remodelación porque mi madre quiere una piscina y una cancha multiusos, es muy difícil pasar de la puerta corrediza. Decido salir al espacio que hay entre la cerca y la puerta de la casa, es bastante espaciosa, lo suficiente para pasear por horas. La brisa de la noche me golpea cuando abro la puerta y me arrepiento de no haberme abrigado un poco mas. Tomo asiento en el primer escalón de las escaleras, abrazándome a mí misma, con la vista fija en la solitaria calle en donde, seguramente, se grabaria una película de terror si fuese posible.

Capto movimiento en la casa Belov, algunas luces encendidas que se apagan poco a poco hasta que ya no hay luces que apagar. Frunzo el ceño ¿Hay alguien despierto? La puerta principal se abre y de ella, sale una persona de cabello blanco: Kai ¿No puede dormir? Igual que él, guiada por mi impulsividad, camino hacia la cerca y salgo de la propiedad, justo al mismo tiempo que él. Nuestras miradas se encuentran, apenas logro ver qué su ceño se frunce al verme por la tenue luz que nos rodea.

—¿Insomnio?—inquiere, metiendo sus manos en los bolsillos de su sudadera.

—Es mi primer campamento—cruzo mis brazos sobre mi pecho. Más que una acción desafiante, es una acción para calentar mi cuerpo—¿Y tú? ¿Algo no deja dormir al gran Kai Belov?

—Simple insomnio—noto el cansancio en su voz—Voy a la tienda de conveniencia ¿Vienes?

—No traigo dinero.

—No te pregunté eso.

Ruedo los ojos.

—¿Coreana?—hace un sonido afirmativo que apenas se escucha—Te sigo.

Entre la red y el corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora