||Q U I N C E||

24 7 1
                                    

HARI

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

HARI


No lo voy a negar, el entrenamiento de los últimos días ha sido bastante pesado, tanto así que durante mi día mi mente se invade de recuerdos vividos de mi entrenamiento antes de llegar a ganar el torneo nacional de Corea del Sur; es un poco frustrante, tengo que detenerme por unos minutos para regresar al ahora, en lo que hago y en mi nuevo equipo que no ha hecho más que apoyarme en este reintegro al deporte que amo.

—La dinámica del día 4 será distinta a los días anteriores—nos explica la entrenadora cuando todos los equipos asistentes están en una pequeña charla técnica—Cada jugadora tiene un reloj inteligente que les indicará el número de cancha, el equipo al que deberán integrarse y a la posición a la que deben adaptarse. Jugaran con desconocidos y tendrán que desempeñarse en su nueva posición. Ya saben, aquí a nadie le importa si son mujeres u hombres, desde que demuestren su valía en la cancha tendrán respeto.

Admito que ha sido gratificante el hecho de que no se discrimine; ¿Hombres contra hombres? ¿Mujeres contra mujeres? No, se hace un sorteo y la mayoría de las veces van chicas contra chicos lo que exige a ambos equipos a acoplarse a un ritmo en específico, un ritmo distinto de juego al que no están acostumbrados. Es divertido y bastante exigente.

—Odio este juego de roles—se queja Himari haciendo una mueca—El año pasado fui rematadora ¡Ni siquiera podía pasar la red con mi salto! Mierda, soy libero.

—Este año vas un poco más ligera—le recuerda Sakura guiñándole un ojo.

—Eso es verdad—Himari asiente con la cabeza.

—Tendré que... ¿Hablar?—Rin hace una nueva de horror, sus ojos brillando por el pánico—Carajo, no.

—¿Cuál es la diferencia? Ya lo haces con nosotras—dice Winter mientras estira sus brazos hacia el cielo—Tu solo finge que somos nosotras y ordénales que se muevan.

—¿Cómo hago eso?—su voz se vuelve tan aguda que no puedo evitar reír—Dios ¿Y si mi compañero es alguien malo?

—¿Malo?—inquiero al aire dando algunos saltos en mi lugar para calentar, o por lo menos estirar.

—De esos tipos intimidantes, como el chico de tatuajes del Yamabuki. Es un adolescente ¿Por qué demonios tiene tatuajes? Si, está en último año y tal vez tengo 18 años, pero vamos...—la pobre niña de 15 años cubre su rostro con sus manos ahogando sus palabras que salen de su boca desenfrenadamente—¿Y si me golpean el rostro con un balón? Dios, moriré de vergüenza, me sentiré tan humillada que tendré que cambiar de escuela y adoptaré a un gato callejero que será mi único amigo, seré la chica rara con un gato con un pasado en el deporte y...

—Cálmate, Rin—tico su hombro con un tono de voz amable y dulce. Lo último que quiero es alterarla más—Si no te sientes segura de hablar, solo escucha. Es un entrenamiento; nadie te juzgará por cometer algún error, estamos aquí para aprender.

Entre la red y el corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora