A different kind of human/SenGen

Confesión y verdad

Hoy llegué al nivel 25 de este juego llamado vida. Así que para celebrarlo, les dejo un capítulo :D

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Para Senku, no existía cosa que le entusiasmara más que la ciencia. O, quizás, el hablar sobre ello era la causa, pues detectaba el éxtasis en su propio cuerpo cuando ponía en palabras todas las ideas que cruzaban por su cabeza. Sin embargo, sabía que los términos y conceptos que fluían de su boca eran, en la mayoría de los casos, incomprensibles para quienes lo rodeaban en el mundo de piedra. Incluso antes de ocurrir la petrificación.

Desde pequeño, fue consciente de las caras desconcertadas cuando soltaba cualquier dato técnico o científico. No solo aplicaba para los niños de su edad, sino también para sus maestros y cualquier adulto, quienes, a pesar de reconocer su inteligencia como una bendición, encontraban peculiar escuchar a un niño de preescolar hablar sobre las leyes de Newton.

Senku no le prestaba mayor importancia, más bien, era una realidad con la que había aprendido a convivir; mientras tuviera oportunidad de sumergirse en libros o tuviera acceso a todo lo necesario para hacer los experimentos que quisiera, estaba satisfecho. Para cuando avanzó a la escuela secundaria, cambió ligeramente su perspectiva y se permitió contar con un par de manos que prestaran ayuda en sus inventos. Fue así que encontró en Taiju y Yuzuriha a compañeros dispuestos a colaborar en sus actividades y, después de 3700 años, se sumó Chrome quien cumplió a la perfección su papel de discípulo.

No obstante, su deseo no era imperioso de alguien con expectativas de ser aprendiz; increíble fue su sorpresa al descubrir que más que la ayuda, encontraba placentero ser escuchado por alguien que no emitiera juicios sobre sus discursos apasionados.

No lo negaba, Gen marcó un cambio significativo en el futuro del Reino Científico gracias a sus habilidades. Y más allá de eso, un día se encontró respondiendo todos los cuestionamientos del mentalista que llegó sin aviso a su vida. Al poco tiempo, fue capaz de responder incluso si Gen no lo verbalizaba, pues percibía la duda en sus expresiones gracias a la gesticulación exagerada del chico.

Como resultado, se originó una dinámica agradable que se tornó repetitiva: pensar en una solución al nuevo problema que se presentaba y que Gen ya estuviera anticipando la magnitud del mapa de pasos, todo esto sin necesidad de palabras; simplemente guiados por la confianza mutua.

Pero como se preveía por el avance que alcanzaban, los cambios también llegaron a su entorno.

Poco a poco nuevas personas se integraron a su círculo y los viejos compañeros se distribuyeron por el mapa ocupándose de diversas tareas. Claro que fue notorio el cambio, pues pasó a estar rodeado de científicos que, al igual que Xeno, se sorprendían mínimamente cuando contaba sus nuevos objetivos, siendo su único "pero" antes de continuar el saber si contarían con los recursos. Luego, esto se sustituyó por una aceptación más fría, simplemente pasaban a ser cosas de la agenda diaria.

Si, admitía que echaba de menos las diversas reacciones de sus amigos ante la novedad, pero más allá de eso, extrañaba a cierta persona que desde el inicio depositó su fe ciega en él. Por tal motivo, se sintió reconfortado cuando les contó sobre su super proyecto en construcción; le invadió una calidez en el pecho cuando Gen afirmó que podría lograrlo, incluso si se trataba de algo tan descabellado como una máquina del tiempo.

—¿Cuánto les llevará terminarla? —preguntó Ukyo por todos aquellos que seguían embelesados por la versión gigante de Whyman.

—No puedo decirlo con certeza. Así como podemos terminar en una década, también es posible que ni siquiera podamos ver cuando finalice —respondió con mesura—. No solo debemos entender cada componente que constituye a Whyman, también se requerirán diez mil millones de experimentos para lograr aprender todo lo que implica viajar al pasado.