9. La maldad viste a la moda.

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Alexa.

Despierta — movimientos bruscos se sienten en la cama, me acomodo buscando una nueva posición para seguir durmiendo — Levántate — segunda llamada — ¡Despierta zorra!

Me quito la sabana de la cabeza y volteo a mirarlo de manera inmediata pero molesta.

— ¿Cuántas veces te he dicho que no me llames así? — me siento buscando equilibrio, sostengo mi cabeza por el punzante dolor que se produce, resaca.

— Pero si eso es lo que eres — muestra una sonrisa torcida seguida de una mueca — ¿Una noche activa?

— ¿Una vida social? —le pregunto sarcástica, tratando de levantarme de la cama — ¿No tienes otras cosas más que hacer?

— Sí, me enviaron a buscarte, sin embargo... — se pasea por la habitación como si estuviera inspecciónandola — no creí que cayeras tan bajo Alexa.

— ¿A qué te refieres?

— No veo a tu víctima aquí — me señala burlón — se podría decir que tu racha de "abandona hombres"  ha sido rota por tu propio juguete.

Así le gusta llamarlos, a los chicos con los cuales me divierto a menudo. Poso mi vista en un punto fijo de la habitación.

— No me importa — me encojo de hombros tratando de sonar casual — siempre hay una primera vez en algo ¿No?

— Espera ¿Estás restándole importancia?, increíble — aplaude de manera exagerada provocando que aumente mi dolor de cabeza — Estás empezando a ser razonable, me asustas Alexa.

— Axel

El nombrado voltea a mirarme  atento al llamado.

— Cierra el hocico.

Suelta una carcajada tan sonora que se vuelve insoportable.

— No me digas que hacer.

— Casi somos hermanos recuérdalo.

— Solo porque estemos hechos de la misma manera, por la misma persona y que nuestros nombres se parezcan, no quiere decir que seamos hermanos querida — guiña un ojo — ahora vístete tenemos trabajo que hacer.

En ese momento me doy cuenta que estoy en ropa interior. No me incómoda pues Axel me ha visto en peores situaciones, hasta  completamente desnuda sin sentir algún tipo de vergüenza. Busco mi ropa y me la pongo mientras él ve por la ventana.

— Lindo trasero — me halaga.

— Cállate — termino de vestirme y camino al baño para terminar de arreglarme — ¿Enserio tenemos que trabajar hoy? Que pereza.

— Si eres floja — suelta un quejido — recuerda que eso te da de comer.

— Corrección — me asomo por la puerta del baño — Me da la oportunidad de distraerme teniendo una vida como humana las veces que quiera.

— ¿Qué mejor pago que ese? Haces lo que quieras y no le rindes cuentas a nadie.

— Lo barato sale caro Axel siempre recuerda eso.

— Ah, ya entiendo porque no debí comprar esos condones que estaban en oferta.

Salgo del baño animandolo a qué se levanté de la cama, y salimos de la habitación. Tranquilamente caminamos juntos por el pasillo del segundo piso del hotel, llegamos a unos ascensores llamando a uno al cual se le activa una luz indicando que ya viene, me atrevo a mirar a mi compañero descaradamente. Su perfil es increíblemente hermoso, está en un traje negro que se pega a su cuerpo en los lugares indicados y su cabello del mismo color está totalmente peinado hacia atrás perfectamente, a simple vista parece un heredero de una empresa muy importante o un magnate joven y atractivo.

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⏰ Última actualización: Aug 12 ⏰

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