Capítulo 03

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Alice.



El nuevo horario de la tienda me viene de maravilla el único problema es que olvido este cambio y sigo corriendo para nada, al menos ayudo a Lily, ahora abre la tienda en compañía y no tiene que organizar todos los estantes ella sola además de hacer el conteo necesario de los productos.

La Universidad ya ha empezado a orientar los trabajos finales con tiempo y la verdad me viene genial, la tienda y la universidad necesitan mucho tiempo y yo eso de llegar o hacer cosas a tiempo como que no. Siempre voy a estar muy agradecida con Lily con respecto a darme trabajo aunque me negué mucho a aceptar. Sentía que estaba abusando de nuestra amistad y la culpabilidad me ganaba, pero si no fuera por ella todavía estaría buscando trabajo y el dinero en serio era una urgencia. Ya me veía viviendo bajo un puente literalmente, necesitaba el dinero para la renta y la comida.

Hoy me toca desgraciadamente tomar un par de clases que son importantes, espero no encontrarme con el señor Owen hoy, las cosas siguen muy tensas luego de mi "huelga" como lo llama él.

Tenía la tonta idea de que hoy podría dormir más, pero no, me encuentro corriendo una vez más para el trasporte público y todo por confiarme con que tenía más tiempo.

Maldición, extraño mi auto.

Las puertas están a punto de cerrar frente a mis narices y doy el transporte por perdido hasta que se vuelven a abrir y no sé a qué Dios rezarle por la oportunidad, veo al mismo chico de siempre pero él no logra verme, voy de camino a mis asientos y los veo ocupados, inspecciono el autobús y justo me doy cuenta de un asiento libre, veo detrás de este y me encuentro con el chico de los auriculares.

Tomo asiento, busco mi laptop y comienzo a organizar en orden de cuan importante son los apuntes que tengo de la clase anterior, me doy cuenta de que son muchas cosas y siento el estrés subir por mi nuca. Enseguida busco mi cuaderno para tomar unos apuntes extras y algunas preguntas sobre dudas que tengo, espero poder resolverlas en las clases de hoy.

Todo el ruido hace que mi estrés ya bastante constante e insoportable se vuelva una tortura, busco mis auriculares en mi querida bolsa y los encuentro un poco enredados lo que no me mejora mi estado de ánimo, desato nudo por nudo y pongo música desde mi teléfono. Logro relajarme un poco al ritmo de la música, tomando notas hasta que se me cae el bolígrafo al suelo y maldigo en silencio.

Con cuidado guardo el ordenador para inclinarme en el asiento y recuperar mi bolígrafo, no lo veo debajo de mi asiento y rápidamente me estiro y giro hacía atrás, veo al chico de los auriculares agacharse y tomar mi bolígrafo, eso sólo hace que mis ganas de salir corriendo aumenten considerablemente. Me giro a la velocidad de la luz cerrando los ojos con fuerza, si lo pienso, no tengo que recuperarlo se lo puede quedar.

Quiero comprobar si todavía lo tiene y asomo la cabeza en el pequeño espacio de separación entre los asientos y soy atrapada como una tonta. La cabeza me da vueltas por ser descubierta y siento la ansiedad bailando en la punta de mis dedos lanzando pequeñas descargas eléctricas por mis venas, me quedo congelada cuando su mira está alternándose entre el bolígrafo y yo.

La música retumba en mis tímpanos a un volumen que no creo recordar que exista, lo siento dentro de mi cerebro si es que eso es posible. El chico pestañea lentamente o tal vez soy yo que estoy empezando a ver todo en cámara lenta por la ansiedad, no hay necesidad de hablar, él sabe que es mío y estoy segura de qué también sabe que no se lo pienso pedir con palabras.

Su mano se alarga hacia arriba de mi asiento, me apoyo encima de este y lo puedo ver completamente desde esta altura, comienzo a estirar mi mano sin romper el contacto visual. El corazón me late más deprisa, el tiempo va mucho más despacio, la presión en mi estómago es asfixiante y mi respiración se entrecorta por momentos.

Mil VidasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora