Veneno de Serpiente

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Ron no podía creerse lo que acababa de oír¿Hermione? ¿Nott? ¿Qué estaba pasando? Todo le daba vueltas en la cabeza. No podía concebir la idea de que su novia, su amiga, la chica que hace tanto tiempo estaba junto a él lo engañara con una serpiente como Theodore.

Aún impactado, fue directo al compartimiento de Harry y Ginny -ignorando por completo su tarea de revisar algún maldito vagón del tren, ya que claramente no estaba de humor- y abrió la puerta bruscamente de par en par farfullando cosas ininteligibles a oídos de sus amigos, quienes se imaginaban las maldiciones que debería estar soltando un Ron al cual ya le habían cerrado todas las piezas. Se preguntaba cuando había empezado esta relación, ahora entendía porque Hermione amaba ir tanto a la biblioteca, se sentía tan usado e humillado todavía no caía en el hecho de que su querida compañera lo había traicionado.

_Eeeh… ¿Ron? ¿Podrías explicarnos por qué entraste hecho una fiera y murmuras insultos?_ preguntó la menor de los Weasley, entre confundida y angustiada, ya que tenía un mal presentimiento sobre lo que había sucedido. Tomo su mano en señal de apoyo y la dirigio una mirada dulce ya que se percataba de que su hermano no solo estaba enojado, sino tambien triste.

_Sí, Ron ¿Qué pasó?_ cuestionó Neville. Ron había olvidado por completo que Luna y Neville se encontraban allí.

_Oh, pues… nada, lo usual_ comenzó él quien, si bien le agradaban la Ravenclaw y su novio, no quería que todos se enteraran de lo que había pasado.

_ ¿"Lo usual"?_ Ginny alzó una ceja, incrédula de que algo "usual" pusiera a su hermano tan nervioso.

_Sí, tu sabes. Niños chillones y maleducados que lanzan bombas fétidas en los pasillos, colocan las famosas orejas extensibles de los hermanos Weasley en el compartimiento de prefectos, gritan y corren. En fin…_ soltó un fingido suspiro de agotamiento_ No sé cómo controlarlos_ Negó con la cabeza.

_Ajá…_ murmuró Harry, incrédulo_ Oigan, ¿Por qué no salen un rato mientras calmamos a Ron?_ preguntó a Luna y Neville. Estos se fueron aun lanzando miradas de reojo al pelirrojo_ A ver, Ron. Ahora sí cuéntanos la verdadera historia…

_ ¿¡Que ella qué!?_ exclamaron los dos al unísono, con los ojos como platos y las mandíbulas desencajadas.

_Sabes que no me gustan las bromas, Ron ¡Por favor dime que estás bromeando y que ella no dijo eso! _ advirtió la pelirroja, terca a creer lo que su hermano le había contado. Hermione no lo engañaría a Ron y menos con un Slytherin.

_Pues no, eso hizo. Todo este tiempo ha estado enamorada de esa sucia serpiente, utilizándome como a un trapo _murmuró Ron rojo hasta las orejas y, con un suspiro cansino, se sentó en el asiento junto a la ventana y dejó caer su cabeza en señal de rendición.

Harry y Ginny tomaron asiento frente a él, ya que se habían parado indignados. Su amigo debia estar equivocado, era algo imposible de creer.

Se quedaron en un largo, tenso e incómodo silencio en el que la pareja cruzaba miradas cómplices y preocupadas. Ron ni siquiera los miraba. Pero ese silencio fue interrumpido por el abrir y cerrar de la puerta del compartimiento, por la cual entró una alegre y radiante Hermione (aumentando así el ceño fruncido del Weasley).

Y, en cuanto Ginny abrió la boca con una expresión furiosa, Ron le dirigió una mirada de advertencia para que se callara.

_ ¡Ron, te estaba buscando! Debemos recorrer el primer vagón_ dijo la castaña, más entusiasta de lo normal, ofreciéndole una mano a su novio que dudó en agarrarla. Pero, luego de unos segundos que parecieron eternidad para Harry y Ginny, el pelirrojo accedió. Y, junto con Hermione, se alejó del compartimiento, dejando a unos tristes y decepcionados Gryffindors.

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