El encuentro

716 92 13
                                    

Parece que estoy escuchando bajo el agua. Rápidamente tomo conciencia y sigo aquí, escuchando a los mismos hombres. Mierda, no escuché lo que estaban diciendo; tomé un pequeño viaje a la profundidad de la decisión que acabo de tomar.

-¿Estás de acuerdo con eso?- me pregunta un hombre que parece ser un poco más joven que el resto. Por lo que he podido interpretar, él es el mánager de mi futuro esposo. ¿Futuro esposo? ¿Qué es lo que acepté? Dios mío.

-Disculpa, ¿puedes repetirlo?- Lo miro con la cara de dulzura que pongo para conseguir cosas; siempre funciona.

-Mañana tienen una cita. Te mandaré los detalles y mandaremos un fotógrafo para conseguir fotos de ustedes. Deben tener contacto, parecer que son una relación; no simplemente eso, tienen que parecer que están absolutamente enamorados. Necesitamos fotos convincentes.- Me mira con seriedad y espera mi respuesta. -Te recuerdo que debes estar consciente de que todo saldrá a los medios, al principio no con tu cara, para hacerlo más creíble, pero servirá que uses tu propia línea de ropa, ya sabes, para que los fans empiecen a hacer teorías más rápido.

-Siempre uso mi línea; es lo mejor en el mercado- digo con seguridad, y los hombres se ríen al escuchar mi confianza. -Me veré despampanante, no se preocupen.

-De eso estamos seguros. Estamos ansiosos de trabajar contigo. Felicidades- dice el CEO mientras se despide.

El camino a mi apartamento parece surrealista. Acepté algo tan importante como el matrimonio de manera impulsiva, y ahora me encuentro en esta situación. La atención de salir con un idol es muy diferente a lo que acostumbro. Nunca he sido una persona romántica después de él, el maldito que rompió mi corazón, pero no vale la pena pensar en ese fiasco. Nunca he deseado casarme ni enamorarme de nuevo. Mis amistades me tachan de fría a veces, pero no lo puedo evitar. He tenido que trabajar tanto que me ha consumido por completo y no tengo tiempo para citas, así que realmente no me asusta este matrimonio, pero sí me asusta tener que vivir con una persona que no conozco, más aún si es un mujeriego y probablemente alcohólico, el tipo de persona que más detesto. Me atrapé en una jaula yo misma, en una jaula donde todo el mundo me verá, me juzgará y me criticará. La verdad, no sé si tomé la decisión correcta.

Llamé a Liz y la recogí para que fuéramos a hablar a mi apartamento. Necesito desahogarme y entrar en pánico en un espacio seguro. No le dije sobre la parte del matrimonio hasta que llegamos.

-¿QUÉ? ¿Te vas a casar? ¿Y con un IDOL?- Me mira con los ojos abiertos a su máxima capacidad.

-Sí, Liz."

-Uff, jamás pensé que tú y matrimonio irían en una misma oración- Mira hacia la ventana, reflexionando.

-Yo tampoco.

-¿Y quién es? Si es mi bias, te voy a matar, lo prometo, o diles que me ofrezco como voluntaria.- En ese momento me di cuenta de que no pregunté quién era. ¿Cómo no pregunté algo tan básico? Liz me mira y grita: "¿NO SABES QUIÉN ES?"

-No pregunté, Liz. Estaba muy concentrada en pensar en cómo quizás arruiné mi vida.

-No seas dramática, T/N. Siempre dijiste que no te interesa el amor y que ves el matrimonio como una transacción de negocios. Esto es justamente eso. Mejorarás la vida de todos nosotros con la decisión que tomaste. Piénsalo como un esfuerzo de un año. Por lo demás, ¿has visto a los posibles candidatos? Te puedes divertir igual sin compromiso- me guiña el ojo de forma coqueta, pero su cara cambia rápidamente. -Bueno, técnicamente sí es con compromiso- La empujo para mostrar mi molestia, pero reímos juntas.

Pasamos la tarde juntas y ella me realizó una cátedra de posibles candidatos que ella tiene en mente. Uno de estos es su bias, al cual declaré el mío también porque fue el que me pareció más atractivo; tiene algo que no puedo describir. Liz, ofendidísima, me dijo que jamás pensó que la iba a traicionar así. Cuando se fue, volví a sentir el peso de mi decisión. Me serví una copa de mi vino blanco favorito y miré la vista desde mi apartamento: los edificios altos, iluminando espacios de la ciudad. Parecía melancólico, como que lo extraño antes de irme, pensando que esta será una de las últimas noches normales que viviré en mucho tiempo. Levanté la copa hacia la vista y susurré: "Esto va por tu nueva vida; tú te lo buscaste" y bebí todo el contenido de la copa.

Contrato CrucialDonde viven las historias. Descúbrelo ahora