Ese maldito chico... -Craig x Tweek-

11

(Craig)

...¿Qué carajo he hecho? No podía controlar mi cuerpo. Cuando me he dado cuenta, ya era demasiado tarde. No dice nada y eso me asusta. La he cagado, ¿Verdad?
-¿Qué ha sido eso?
-Queria darte un beso en la mejilla.
-Eso no ha sido mi mejilla.
-Lo se. Lo siento, no veía nada con todo oscuro.
-No te preocupes.
Mis ojos se adaptan un poco a la oscuridad y lo miro. Me está sonriendo. Menos mal. Pensé que se enfadaría. Busco sus manos en las sábanas y la agarro con cuidado, cuando siento que la aprieta con fuerza. Me estoy derritiendo con este chico. En el cuarto solo se escucha nuestras respiración y a Stripe correteando en su ruedecita, y de vez en cuando haciendo esos soniditos de roedor. Tras un rato, Tweek susurra.
-No puedo dormir.
-Si, seguramente no deberíamos haber visto tanto tik tok... ¿Algo que te ayude a relajarte?
-Es una tontería.
-Dila.
-De pequeño... Me dormía en el pecho de mi madre escuchando su corazón.
-¿Quieres apoyarte en mi pecho? No me importa.
-¿Puedo?
-Si, claro.
Tiro de él un poquito para ponerlo encima mia y le acaricio el pelo. Noto como se me calientan las mejillas y Tweek pone su oreja en mi pecho respirando tranquilamente. Ahora mismo, mi corazón va a mil, así que no creo que sea demasiado relajante. El rubio me mete una mano por la espalda para abrazarme, acurrucándose conmigo. Es tan lindo...
-Me encanta tu pelo...
-Es un desastre. No creo que te guste tanto.
-Es suavecito.
-Je...
-Perdon por lo de antes, en serio.
-No te preocupes.
Bostezo, y a él se le contagia mi bostezo.
-¿Más tranquilo?
-Seh...
-Te quiero, Tweek.
-Yo también te quiero, Craig...
Le levanto la barbilla para que me mire. Entra un poco de luz por la ventana, que hace que le dé en los ojos. Malditos sean sus ojos azules con matices amarillas. Maldita sea su nariz redondita y respingona. Malditos sean esos labios. No puedo más. Tiro de él y le beso. Esta vez es un beso de verdad. No un piquillo en los labios. Para mí sorpresa, Tweek no está tenso y me devuelve el beso. Nos separamos y lo miro a los ojos una vez más.
-Sabes a café. Que sorpresa.
-Yo no se a que sabes. Déjame probar otra vez y te lo digo.
El chico me besa con cariño, acariciandome la mejilla mientras yo le sujeto la barbilla. Nos separamos y me pongo rojo al ver un hilillo de saliva entre nosotros.
-Sabes a pasta de dientes.
-Uhm...
Me giro un poco para que los dos nos tumbemos en la cama, de lado, mirándonos el uno al otro. Tengo los dedos de una mano enredados en su pelo y la otra en su mejilla. Él me está acariciando la cintura y tomando mi mano que está sobre su mejilla con la otra. Nunca he sentido esto en mi vida. Necesito a este chico. No de forma sexual. Es algo que no sabría explicar. Nos besamos una vez... Y otra.... Y otra. Cuando me doy cuenta, estoy sin aliento. Los dos cerramos los ojos y juntamos nuestras frentes.
-Descansa.
-Igualmente...

Me despierto con Tweek en mis brazos, con todos los besos de anoche en la cabeza y ese saborcillo a café en los labios. Intento levantarme pero se queja, aún dormido. Mi única alternativas es abrazarle de vuelta, hundiendo mi cabeza en su pelo que parece de oro. Huele tan bien...
-Buenos días, Tucker.- Me dice, medio dormido, frotando los ojos y bostezando. Se ve tan lindo así...
-Buenos días, Tweak. ¿Cómo ha dormido la bella durmiente?
-Que te den, Craig... Es muy tempranito para bromitas.
-Uhm...
Se aparta de encima mia y se estira. Un poco de piel se le asoma por la camiseta, en la zona de la cintura, y la cubro con la misma tela del pijama y le sonrio.
-Lo de anoche... No fue nada, ¿Verdad? Me refiero... Hay amigos que hacen esas cosas.- Me dice
-Claro. No significa nada. Hay amigos que se besuquean, pero no son gays.
-Era para aclarar las cosas. No pienses nada raro.
-No, no, tranqui. Es algo totalmente normal.
Se inclina a darme otro beso, pero lo paro.
-Ni se te ocurra besarme sin cepillarte los dientes. No quiero aliento mañanero, señorito.
-Uh, que te jodan.
Se levanta al baño y cierra la puerta. Sonrió al ver la ranurita de luz que escapa por debajo de esta. Me siento al borde de la cama y me estiro. Me froto los ojos y abro la puerta del baño para encontrarme al rubio cepillándose los dientes. Le agarro de la cintura y le doy un beso en la mejilla. Casi se ahoga en la pasta de dientes y los dos nos reímos.
-Que susto, joder.- Me regaña, con la boca llena de pasta de dientes.
-Vengo a cepillarme los dientes.- Le sonrio, soltándome la cintura y cogiendo mi cepillo de dientes y poniéndole la pasta. Me empiezo a asear y le miro todo el rato. Cuando termino de cepillarme los dientes y lavarme la boca, Tweek me limpia un poco que se me había quedado en la comisura del labio y me da un beso rápido.
-Ahora los dos sabemos a pasta de dientes, eh...
-Sip...
Nos abrazamos de la cintura y nos damos un beso un poco más largo.
-Esto es totalmente hetero, ¿Verdad?
-Seh. Solo bros siendo bros.-Me responde.
-Suenas como Clyde, tío.
Los dos nos reímos una vez mas, hasta que oímos a la madre de Tweek llamarnos escaleras abajo para desayunar. Bajamos mientras charlamos.
-¿Cómo habéis dormido, chicos?
-Bien, mami.
-Si, muy bien, señora Tweak. Gracias por todo.
-No es nada, cariño. Venga, sentaos que se enfría el café y las tortitas.
Los dos nos sentamos juntitos, disfrutando el desayuno y robándonos miraditas. Pero no somos novios. Es algo totalmente de amigos. No somos gays ni novios. Solo unos amigos dándonos unos cariñitos totalmente inofensivos.