Han pasado dos días desde que Finn atacó la aldea de terrestres. Dos días en los que hemos estado alertas por cualquier ataque, dos días en los que no he sido capaz de hablar con él, nisiquiera mirarlo. Aún no me siento lista, no sé qué decirle.
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—Tierra llamando a Clarke, ¿me escucha?.— Bellamy interrumpe mis pensamientos.
—Perdón, ¿En qué estábamos?.— Digo poniendo mi vista al mapa que teníamos sobre la mesa.
Habíamos estado planeando como entrar de nuevo al Monte Weather, a lo que recuerdo y pude memorizar. Hasta ahora la única entrada es por donde saltamos Anya y yo.
—¿Estás bien? Podemos parar un momento.—
—Sí, estoy bien, lo que menos debemos hacer ahora es parar, debemos planear algo pronto, y si mi mamá no hace algo, tendré que hacerlo por mi cuenta.—
Kane no había vuelto de su ida buscando la paz con los terrestres, mi madre no ha querido mandar ningún grupo de rescate porque estamos esperando las represalias por lo que hizo Finn.
—No estás sola, iremos contigo y lo sabes.— Bellamy bebe un poco de lo que tenía en su vaso. Yo solo le sonreí un poco en forma de agradecimiento.
Él me ha apoyado desde que volvimos y siempre está pendiente ante cualquier situación y aunque no lo admite, sé que esta preocupado por encontrar a Jules, no deja de idear planes para ir a buscarla, pero con la vigilancia de mi madre es imposible escapar de nuevo.
—¿Has hablado con Finn?.— La verdad había intentado evitar esta pregunta pero tarde o temprano llegaría ese momento.
—No, nisiquiera sé que decirle, no dejaba de disparar Bellamy.— Me quedé mirando mi vaso recordando lo que había sucedido.
-Todos hemos hecho cosas Clarke, estamos en guerra, recuerda.-
-Eran inocentes...-
-Hey.- Nisiquiera me di cuenta en el momento que Finn y Murphy estaban parados a un lado de donde Bellamy y yo estábamos sentados.
-Hey.- Responde Bellamy.
Se sentía el ambiente tenso, pues ninguno decía nada. Así que Murphy se fue por un vaso para él y Bellamy lo siguió diciendo que invitaba la siguiente ronda, dejándonos solos.
-¿Monte Weather?.- Finn tenía el ceño fruncido, pero no dejaba de mirarme, yo era incapaz de mirarlo a los ojos.
-Así es.- Decía viendo el mapa.
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