Capítulo 16

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No pude moverme del pánico que me inundó, la escena del ping pong vino a mi mente y eso no sería nada a lo que sucedería si era Folk el que estaba ahí. Faye alcanzó a subirse y abrocharse el pantalón y se volteó para encarar a quien fuera, yo sólo pude enterrar mi cabeza en su hombro mientras ella trataba de cubrir mi cuerpo desnudo

—Haré de cuenta que no vi nada —dijo Lux pasando al lado de nosotras, cubriendo sus ojos con una mano a la altura de las cejas.

—Lux —exclamó Faye, pero se calló, supongo que buscando que decirle.

—Ahórrate las palabras, sabes que no es necesario.

—No quiero que pienses que soy de lo peor —dije muerta de la vergüenza por la incomodísima situación y además, aún no tenía clara la relación entre ellas.

—Tranquila, Yoko. Jamás pensaría eso de ti, yo no soy nadie para juzgarlas. Además, es muy evidente la atracción que hay entre ustedes, me di cuenta desde el primer día.

—¿Y eso no te molesta? —pregunté asombrada.

—¿Por qué habría de molestarme? Espera, no me digas que piensas que entre Faye y yo hay algo más. Faye, ¿No le has dicho que sólo somos amigas tú y yo? —exclamó de lo más divertida, riéndose.

—Sí, pero ya me doy cuenta que no me creyó.

—Es que por la forma en que se tratan cualquiera pensaría que son novias.

—Nos conocemos de toda la vida, Yoko. La "baby" es como una hermana más para mí. Bueno, me voy a dormir, lamento haberlas interrumpido, pero mejor que haya sido yo y no te preocupes, Yoko. Repito, yo no vi nada. Buenas noches —Tomó el vaso de agua que se había servido y salió de la cocina sonriéndonos en complicidad.

—¡Qué vergüenza! No podré volver a mirarla a los ojos.

—Tranquila, Lux es muy alivianada, además no es la primera vez que me atrapa en una situación comprometedora —La fulminé con la mirada— No me veas así, no te conocía.

—Será mejor que me vista y suba a mi habitación, no quiero ni imaginar qué habría pasado si no hubiera sido ella la que nos vio.

—Quizá hubiera sido lo mejor para que de una vez por todas Folk te deje en paz.

—No, Faye. Así no, no quiero herirlo de esa manera. Además, como quedaría mi reputación, también nos conocemos de toda la vida y mi papá lo adora.

—Viéndolo así, tienes razón, pero no quiero que duermas con él. Vamos a mi habitación, por favor.

—No, Faye. Te dije que no era bueno tentar a la suerte y ve, Lux nos pilló, así que mejor ya no nos la juguemos de nuevo.

—Está bien, pero prométeme algo —Me tomó de las manos— Vas a terminar con él lo antes posible, cuando regrese de Europa ya no quiero que sea tu novio.

—Lo haré, te lo prometo, en cuanto regresemos buscaré la forma de terminar con la relación —Me solté para acariciarle las mejillas y luego le di un pequeño beso.

Me levanté del suelo y me vestí, ella se puso su camisa y después me abrazó fuertemente.

—Te voy a extrañar mucho, Yoko —susurró en mi oído.

—Yo también a ti, voy a estar contando los días para volver a verte.

—Y yo las horas —dijo y me besó nuevamente y luego volvió a abrazarme.

[...]

Al día siguiente, nos despedimos en el aeropuerto, ellas iban para Nueva York y sentí un gran hueco en el pecho, sólo pudimos darnos la mano, la cual Faye me acarició suavemente y un beso en la mejilla, me sonrió cuando me soltó. Lux me abrazó con fuerza y calidez, me dio otra sonrisa de complicidad y luego se despidió de Folk.

¿Estas libre esta noche? | FayeYokoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora