A la mañana siguiente los tres tenían que irse, así que se despertaron temprano y desayunaron ahí mismo. Se despidieron de la princesa y del rey, para luego empezar su camino de regreso al reino de Lazzaro, pero en medio camino Matteo se dió cuenta de que Lorenzo tenía una máscara en su mano, como una de festivales pero llevaba los colores blanco y negro, parece que fue hecha personalmente por la persona que se lo dió.
- ¡Ey! ¿Y esa máscara? - curioso estaba el pelinegro por saber de dónde la había sacado.
- ¿Qué tiene? Y la máscara me la dió la señorita Rossi. . . Me la dió en mitad de la noche cuando fui a la cocina a tomar agua y. . . - recordando lo que pasó en la madrugada pero cuando llegó a la parte que le dijo que se casará con ella pues no supo cómo decirle y solo se quedó callado.
- ¿Y qué? ¿Qué más pasó? - curioso - Anda, amigo. No me dejes con las dudas.
- Nada más. . . Aunque si me gustó la máscara. Parece una de festival pero tiene una parte cortada y los colores blanco y negro. Creo que eso hace que sea más llamativa, y especial porque lo hizo ella. . .
- Uy, si se ve que lo hizo ella con sus propias manos
- Tuvo que tener ayuda en esto porq no tiene errores y es perfecto - analizando la máscara pero el peliblanco después dió un suspiro - O simplemente se le da mejor esto y ya.
- ¿Y si te la pones en el rostro? Quiero ver cómo te queda la máscara.
- ¿Ponerme la máscara? Mm. . . De acuerdo - sonriendo se pone la máscara y Matteo lo analiza de pies a cabeza, dándose cuenta de que le falta algo - ¿Qué pasa? ¿Por qué me miras así? ¿Sucede algo?
- La máscara te queda bien, pero siento que falta algo - el ojiverde sigue mirándolo fijamente para ver que le faltaba, para luego darle otra forma a su cabello, desabotonar el cuello de su camisa y acomodar su corbata.
Eso hizo que Lorenzo se asustará y se alejará rápidamente de su amigo - ¿Pero qué tienes? No entiendo que haces, me das miedo - lo miraba asustado mientras que se van a un espejo cercano para verse como quedó.
- Solo te estoy arreglando un poco para que te veas bien ante las demás chicas.
- No me importa las chicas, el término de como me veo sería atractivo pero esto no sigue las reglas básicas de vestimenta - se volvía a hacer su peinado anterior y regresaba a acomodar su camisa como antes - No quiero verme atractivo para las chicas, aunque ya lo soy, no necesito que unos "arreglos". Pero si me quedaré la máscara puesta.
- Bueno, solo te estaba ayudando un poco. Pero si eso quieres. . . No importa - habló Matteo mirando a su amigo como volvía a ser como antes y luego de eso ya habían llegado así que bajaron del barco.
- Bueno, ya llegamos. Hay que irnos al palacio, tengo deberes que terminar y luego de eso entrenar - dijo Lorenzo mientras que bajaba del barco junto con su amigo.
Caminaban por el pueblo del reino y ambos chicos podían notar las miradas puestas en ellos pero más en el ojiazul por la máscara que tenía puesta. El peliblanco se podía notar algo nervioso pero más incómodo porq no acostumbraba a estar fuera del palacio por mucho tiempo y recibir miradas de todos.
- Oye te están viendo - habló el ojiverde en ese momento dándole un codazo a su amigo para que lo escuchará.
- Si, ya lo sé. Pero también te están viendo a ti - nervioso en ese momento por recibir tantas miradas por parte del pueblo.
- Es la primera vez que te ven fuera del palacio? - preguntó al ver a su amigo muy nervioso, pesar de tener esa máscara puesta podía sentir como estaba.
- Si, y para pero estoy con la máscara. No quiero saber que estarán pensando ahora - algo avergonzado que en sus mejillas se podía notar un leve sonrojo.
- Entonces mejor quítatela - se le ocurre una idea - Y si te la quedas puesta todo el tiempo? Van a pensar que ocultas algo.
- Y para qué yo querría ocultar algo? - preguntó el peliblanco en ese momento algo confundido con el ojiverde - Simplemente van a hacer rumores y chismes.
- Pero será misterioso, a ti te gusta el misterio y por esa razón no hablas con nadie. ¿No quieres eso?
Lo pensaba bien y luego de unos minutos respondió - Talvez, pero eso significaría que no tendría que quitarme la máscara en ningún momento - desviaba un poco la mirada ante lo que había dicho mientras que seguía caminando con su amigo hasta el palacio.
- Exacto, amigo mío
- Está bien, haré eso pero por favor hay que irnos rápido al palacio - empezaba a caminar más rápido junto con su amigo para llegar al castillo del reino.
- Bien, bien. . . - respondió
Ya en el palacio Lorenzo fue a su habitación junto a su amigo Matteo y se sentó en la cama. El príncipe estaba algo nervioso pero su amigo intentaba calmarlo un poco.
- ¿Y bien? ¿Cómo te sientes?
- Aún algo nervioso, pero ahora más calmado. Todavía no puedo creer que no me voy a quitar la máscara por mucho tiempo.
- Mira el lado bueno, será muy misterioso todo esto.
- Bueno. Primera regla: Solo tú o mi madre pueden verme sin la máscara.
- ¿Cuál es la segunda? - curioso
- Segunda regla: Nada de decirle esto a nadie. Si te preguntan tú simplemente dices que no lo sabes - respondió
- ¿Y la última?
- Tercera regla: Que tú te asegures que nunca intente quitarme la máscara en público. Y por ultimo, cuarta regla: Seguir las tres primeras reglas - sonrió
- ¿Qué? ¿No qué eran tres?
- Tú solo sigue las reglas, o sino no va a funcionar nada.
- Bueno, ahora que ya aclaramos todo. ¿Y ahora que? - preguntó el ojiverde curioso por lo que iban a hacer ahora.
- Me iré a hacer mis deberes reales y luego estaré entrenando un poco en el jardín.
Dió un suspiro leve para luego levantarse de su asiento - Bueso, si irás a hacer eso entonces voy a ver que hace mi padre - sonriendo un poco mientras que salía de la habitación junto con Lorenzo - De paso le voy a ayudar un poco.
- Está bien, posiblemente les vaya a ver más tarde.
- De acuerdo - respondió el pelinegro.
Ambos chicos salieron de la habitación, cada uno se fue a hacer sus cosas. Lorenzo a hacer sus deberes y entrenar mientras que Matteo fue a ayudar a su padre. Pronto cayó la noche y todos estaban durmiendo, pero el príncipe seguía pensando en las palabras de la princesa Rossi, nunca se hubiera imaginado que le haya dicho tales cosas que ahora no sabía que pensar.
«Seguramente no lo decía en serio. No puedo creer que me haya dicho eso. ¿En el futuro se seguirá acordando?» pensaba para si mismo pensativo y nervioso que casi no podía dormir esa noche por estar recordando todo eso.
Solo dió un suspiro con pesadez mientras que miraba el techo de la habitación - Seguramente está confundida por todo. No creo que lo haya dicho en serio, simplemente. . . Es un amor de niños. . . - habló para si mismo y en ese momento Matteo le tiró una almohada porque no se callaba.
- ¿Puede callarte ya? Estoy intentando dormir bien pero no puedes dejar de hablar, Lorenzo.
- ¡Ay! Si, ya perdón entonces - respondió el príncipe para después tirarle la almohada que le había lanzado como devolviéndole lo que le había hecho - Duerme entonces. . .
- Bueno, ya, gracias - se volvió a dormir rápidamente Matteo al escuchar el silencio en la habitación.
Lorenzo simplemente intentó dejar de pensar en ese tema y por fin luego de una media hora se pudo dormir tranquilo.
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Una Rosa Delicata Tra Le Spine
Random"Dicen que cada rosa tiene sus espinas. Bueno. . . Muéstrame las tuyas y verás unas manos dispuestas a sangrar"