Las semanas transcurrían sin prisa, marcando el paso del tiempo con un crecimiento evidente
en la barriga de Ed, la cual parecía superar en tamaño a su pequeño cuerpo. Mientras las
felicitaciones por la unión de la pareja se multiplicaban, sumado al reciente pedido de matrimonio de Hoshi, el ambiente irradiaba alegría y celebración, como si la vida entera
estuviera en sintonía con el feliz rumbo que habían tomado. Sin embargo, en medio de la aparente armonía, había un ser que se mantenía en la sombra, ajeno a la dicha que embargaba a los demás. Ese ser era Hisho, quien se sentía traicionado por los rumbos del destino.
En lo más profundo de su ser, Hisho anhelaba aquella vida que ahora veía tan lejana. Él se consideraba el verdadero merecedor de toda aquella gloria y estaba convencido de que debería ser él quien compartiera su existencia con Ed. Le atormentaba el pensamiento de no ser quien
acunara su piel cada noche, de no ser quien sellara con besos sus labios y rompiera la tela de su fina túnica blanca en un arrullo de pasión desenfrenada. La idea de que Hoshi se interpusiera en su camino hacia la plenitud amorosa despertaba en él un profundo sentimiento de envidia, un
veneno corrosivo que amenazaba con empañar cualquier destello de felicidad que pudiera brillar
en sus ojos.
Decidido a no permitir que la felicidad de Ed y Hoshi perdurara, Hisho sin importar las
consecuencias ni los sacrificios que ello implicara. Estaba decidido a detener esa felicidad a cualquier precio, incluso si eso significaba traspasar los límites de la moralidad impuesta por su Dios.
--Tu alegría es mi condena, hermano, pronto tu luz será mi sombra--
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𝐸𝓁 𝒟𝓊𝑒𝓁𝑜 𝒞𝑒𝓁𝑒𝓈𝓉𝒾𝒶𝓁: 𝐸𝓁 𝒫𝓇𝑒𝒸𝒾𝑜 𝒹𝑒𝓁 𝒜𝓂𝑜𝓇
FantasíaUna historia sobre la desgracia de amar en el mundo celestial