Día 8: Ropa apretada
-¡No puede ser!
Seijuro corrió rápidamente hacia la habitación después de escuchar es grito de su esposo
-¡Kouki! ¿Que sucede?
-No me queda... -mira se cama llena de prendas del castaño
-¿Eh?
-Mi ropa, me aprieta mucho -mito hacia abajo, se sentía triste y avergonzado
-Oh, puedes tomar mi ropa -se acercó al armario y saco una enorme camisa azul y unos pantalones deportivos grises
-¡Sei! Me veré desalineado
-¿De que hablas?
-Iré a ver a los chicos... Me veré mal
-Ellos comprenden tu situación, si te dicen algo, llamame
-¿Vas a golpearlos?
-No golpeare a nadie, pero no permitiré que te falten el respeto
-Sei... -miro la alfombra-
-¿Si?
-¿Me compras ropa.... De embarazo? -se sentía avergonzado de pedirle a su esposo hacer compras
-¡Te verás precioso con ropa de embarazo!
Si. No había duda. Había escogido bien al padre de su hijo.