No podían creerlo... Un año ha pasado desee que sus vidas cambiaron para mejor, para tener a dos personitas en su vida, sus pequeñas alegrías.
-Ma~ mamá~ -el pequeño Seiji llamaba a su madre cuando se encontraba arreglando el vestido de su hermana la cual parecía molesta ante el llamado de su hermano ¿Acaso no notaba que su mamá estaba haciendo la lucir como la princesa que es?
-¿Que pasa, mi cielo? -el castaño desvío su mirada a su hijo el cual sonrió al ver su cara, Seijuro decía que su hijo había sacado el buen gusto igual que su padre y por ello el bebé amaba ver su rostro
-Mami~ -la pelirroja le habló mientras jalaba su camisa para que terminara de arreglarla
Hoy festejarian su primer año, y claramente los Akashi no dudarían en hacerles una gran fiesta invitando a la generación de milagros con sus parejas e hijos
-Kou ¿Ya están listos? -Seijuro entró al cuarto y fue recibido por su hija quien al verlo camino con cuidado a él para que viera su vestido ¡Ella era una niña linda y merecía que todos vieran esa belleza! Su vestido de un color rosado con bordado blanco era precioso -Shiori, luces preciosa -cargo a su hija quien lo abrazo feliz
-Ya casi estamos listos, pero este jovencito -hizo una pausa para ver a Seiji quien le sonrió con un tinte de travesura en su rostro- Esta feliz de quitarse cada cosa que le pongo, serás un Omega rebelde ¿no es así?
-Mi hijo será un omega amable y respetable como su madre... -mira a su esposo-
-Bien, es mejor que nos apresuremos, creo que los invitados van a llegar, Seiji... Mi amor ¿Que quieres ponerte?
-Sato -señalo su sobrerito verde de sapo que estaba sobre su cama-
-Bien... -se puso de pie y decidió vestirlo con un pantaloncito caqui, una camiseta blanca holgada y su sobrerito- ¿Tienes frío? -el niño nego pero su madre decidió traer consigo dos suéteres por si a sus hijos les daba frío, aun era pequeños y podían cambiar fácilmente de parecer
-Vamos, los demás los esperan-
La fiesta fue muy tranquila, decidieron no contestar payasos o un show para niños, ellos eran felices jugando entre ellos imaginando castillos, dragones y doncellas en apuros.
-Es hora, Seiji, Shiori -el castaño los puso sobre unas sillas- Feliz cumpleaños a ti~ -el coro de los invitados los siguieron los niños parecían felices mientras que sus amigos aplaudían y trataban de corear
-Ahora, soplan las velas -dijo Seijuro tranquilamente, mientras miraba a sus hijos hacerlo, así de rápido había pasado un año... Luego serían dos, tres, cuatro y ya no podía con ello
-Cariño~ -Kouki lo abrazo- ¿Una rebanada de pastel por tus pensamientos? -río y negó
-Planeó... Hacer a mis hijos hermanos mayores -le dio una mirada pícara- Y no bromeó, quizás más tarde podemos prácticar -Kouki sonrió-
-Solo practiquemos, quizás más tarde... No sé en un año más podríamos no hacer prácticas y hacerlo real