Capitulo 3 [Héroes]

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Inza se encontró en un cuarto vacío, y su mirada reflejaba una mezcla de resignación y determinación. Era evidente que ya se esperaba que el portador de los seis ojos no estuviera en sus aposentos. Las paredes, desprovistas de cualquier adorno, parecían absorber la tensión del momento, y el silencio era casi palpable.

-¿Acaso logró salir con eso?- Se cuestionaba Inza, sus ojos fijos en una especie de círculo mágico grabado en el suelo. La intrincada simbología brillaba tenuemente, y su presencia era un indicio claro de que el infante había utilizado algún tipo de poder para escapar.

Circulando por las calles de Metrópolis, muchos notaron al albino que caminaba con una calma desconcertante. Su cabello blanco y su piel pálida lo hacían destacar entre la multitud, y su presencia generaba miradas curiosas. Luego de tomar una bebida de una máquina expendedora, este continuaba su trayecto de manera muy extraña, meneando su cuerpo de un lado para otro, como si nada le importara.

-Niño, deberías estar en la escuela- Regañó un policía que pasaba por esa parte de la ciudad, frunciendo el ceño al ver al albino vagando solo por las calles. Su tono era autoritario, y su intención era clara: quería asegurarse de que el niño estuviera en un lugar seguro.

Sin embargo, el intento del oficial de detener el paso del infante fue, negado por un rápido movimiento por parte del albino, el cual esquivaría al policía, mostrando su nulo interés, aunque algo más parecía ser su centro de atención.

-Una tienda de libros, espero que tengan mangas de Digimon; los que ese viejo me trajo ya los leí muchas veces- Pensaba Satoru, mientras se dirigía con paso ligero hacia el local. La emoción de encontrar nuevos mangas lo llenaba de energía, y su mente se cargaba de imágenes de aventuras y batallas épicas con sus personajes favoritos.

Revisando toda la tienda de arriba para abajo, Satoru se movía con una energía casi frenética. Al ver al albino lanzando libros y cómics a un lado, tanto el policía que lo había seguido como el vendedor lo observaban con miradas de sorpresa y preocupación.

-No hay ningún manga, solo estas cosas de "Mujer Maravilla Nuevo 52" y un tal "Superman, el Hombre de Acero"- Exclamó Satoru para sí mismo, frustrado al notar que los cómics que más se repetían en la tienda no eran lo que realmente buscaba.

Una mano intentó tocar al albino, pero se detuvo en el aire como si una barrera invisible lo impidiera conectar. El policía, que había decidido acercarse para hablar con niño, se quedó congelado, sintiendo una extraña presión a su alrededor.

-Eres muy persistente- Dijo Satoru, volviendo su mirada hacia el policía. Con una expresión despreocupada, levantó su mano y tocó levemente la frente del oficial.

Casi al instante, el agente cayó desmayado al suelo, dejando a todos en la tienda en estado de shock. El vendedor, que había observado la escena, retrocedió, temiendo por su propia seguridad.

-¡Estás usando la ropa interior al revés!- Exclamó Satoru entre risas, notando de repente la presencia de un extraño con capa que se había acercado a la tienda. El hombre, que llevaba un traje ajustado con una gran "S" en el pecho, lo miró con una mezcla de sorpresa y confusión.

La burla del infante parecía solo ir en aumento entre más segundos pasaba, cosa que la paciencia del héroe no podía decir lo mismo.

-Tranquilo, Superman, es solo un niño- Detendría una mujer que vestía de manera extravagante, con un traje brillante y colorido que parecía sacado de un cómic. Su cabello era de un tono vibrante, y su actitud era tan audaz como su vestimenta.

-Disculpen, el niño ya no está- Mencionó el dependiente, mirando a su alrededor con sorpresa. La tienda, que antes estaba llena de risas y energía, ahora se sentía extrañamente silenciosa.

Por mucho que tanto la Mujer Maravilla como Superman volaran alrededor del perímetro de la tienda, no lograban hacer contacto visual con el albino.

-Gotham es, demasiado oscura- Comparaba Satoru, apareciendo en otra ciudad gracias a uno de sus círculos mágicos. Observaba la tenebrosa urbe con una mezcla de curiosidad y desdén. Las sombras parecían cobrar vida en cada esquina, y el ambiente era denso, como si la ciudad misma respirara un aire de misterio y peligro.

Cualquier indicio de miedo sería, totalmente eliminado al ver otra tienda de libros, donde el infante no dudo en entrar a buscar lo que no pudo encontrar en el local anterior.

-"Batman: Año Uno", "Una Muerte en la Familia" y, por supuesto, aquí tampoco hay mangas- Identificó Satoru, mostrándose decepcionado con el contenido de toda la tienda.

El repentino sonido de una alarma llamó la atención de los ciudadanos, resonando por las calles de Gotham como un eco de peligro. Satoru, con su curiosidad innata, no pudo evitar marchar hacia aquella dirección, sintiendo que algo emocionante estaba a punto de suceder.

-Solo están robando un banco- Diría Satoru con una gota de sudor, negando que fuera algo de su principal interés. La emoción inicial comenzó a desvanecerse al darse cuenta de qué. Aunque la situación era peligrosa, no era tan dramática como había imaginado.

El auto de la huida, un vehículo oscuro y destartalado. Partió a toda velocidad. Zigzagueando entre los coches y dirigiéndose directamente. Hacia donde Satoru se encontraba parado. El niño, atrapado en su asombro, no mostró ningún sentimiento, como si el peligro no lo afectara en absoluto.

-¡Ayuda! ¡Un pervertido vestido de murciélago me está secuestrando!-Exclamó Satoru con un tono exagerado y cómico, tratando de llamar la atención de los presentes.

Una gota de sudor fue lo que el héroe tendría al notar que ya no tenía al niño en sus brazos, nada más tocar el suelo de un techo.

Al igual que sucedió con los demás héroes, el murciélago no pudo volver hacer contacto con el infante, pero debido a que tenía que seguir el auto en fuga, decidió dejar la búsqueda para más tarde.

-¿¡Increíble! ¿Qué hace este botón?- Preguntó Satoru, apareciendo de la nada en el asiento del acompañante del auto del héroe de Gotham, justo cuando presionaba un botón grande y brillante en el tablero.

De repente, una nube de gas comenzó a salir del panel, llenando el interior del vehículo, cosa que el murciélago no se vio afectado gracias a su máscara de gas implementada en su antifaz.

Infinidad ilimitada (Satoru Gojo en el mundo de DC) Prologo pequeña TemporadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora