"Dementor De Sueños"

Capítulo 5

                                    ***
7:42 am

Esa es la hora en la que me despierto este lunes nublado y con posibilidades de que llueva en cualquier segundo.

No sé si ya Sara se ha despertado pero debo vestirme para ir a la universidad. Ayer no tuve pesadillas y eso si que es un milagro, conociéndome.

Voy hasta mi maleta y saco la última muda de ropa que me queda. Un jean negro y un top blanco con una sudadera negra.

Cuando termino de cepillarme y ducharme salgo a ponerme la ropa interior y después mi ropa con unas zapatillas negras. Dejo mi cabello recogido en un moño por unas pinzas y voy hasta la habitación de mi amiga.

Doy dos golpes a la puerta y me abre mostrando un conjunto de jean y un jersey blanco.

—¿Qué tal dormiste Stef?.

—Sin pesadillas. ¿Y tú?.

—Tuve un sueño en el que Paul y yo nos casábamos y teníamos dos hijos.

—¿Y yo dónde estaba en ese sueño? —le digo sonriendo.

—Eras la típica tita amargada y llena de gatos —me dijo achinando los ojos y mostrándome una de sus sonrisas.

—Pues te equivocas —le digo indignada —Yo jamás tendría gatos —sonrío.

Ambas sonreímos.

—¿Desde cuándo no hablas con tu querido Paul? —pregunto.

—Lo llamé ayer mientras estabas en el centro comercial. ¿Y cómo te fue con la chica?.

—Accedió a poner la denuncia y la voy a apoyar.

—Escuché sonidos anoche —me dice pícara —¿Qué hicisteis Jessi y tú anoche?.

—No me mires así —le replico.

—¿Cómo?.

—Como si estuvieses esperando a que te diga que hicimos una peli porno para nosotros dos.

—¿Cómo sería yo capaz de mirarte así si soy un angelito? —me dice batiendo las pestañas.

Le sonrío.

—Solo vimos una peli —respondo.

—¿De qué?.

—De terror.

—Típico de tí.

—Oye —le doy un golpecito en el brazo.

Estalla en carcajadas.

—Deberíamos desayunar —me dice y suelta su cabello rubio.

Vamos hasta la cocina y no hay rastro de Jessi.

—¿Crees que algún espíritu se haya quedado con Jessi? —dice bromeando.

—Ja ja ja muy graciosa —digo poniendo los ojos en blanco.

Abrí la nevera de Jessi y saqué un bote de zumo y un pomo de mermelada para untarle a las tostadas y también dos manzanas.

Serví el zumo en dos vasos y preparé las tostadas con las manzanas picadas.

—¿No tenías un examen hoy? —me pregunta.

—¿Por qué lo dices?.

—Porque Anna tiene hoy un examen y tú estás en su misma clase.

—Tenía el examen pero el profesor me calificó por una respuesta detallada que di en una clase anterior.

—Tú siempre tan entregada al estudio.