Prólogo

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Si pudiera resumirles los primeros años de mi vida, diría que mi infancia fue tranquila y solitaria, pero para mí, eso era bueno, pues disfrutaba jugar mis videojuegos, ver mis caricaturas favoritas y escuchar mi música las veces que yo quisiera, aunque Boston es un Estado beisbolero con los Medias Rojas y estaba pendiente de cada uno de sus partidos, a los 3 años empezó mi amor por el fútbol, veía los partidos de mi equipo favorito y gritaba cada gol como si fuera de campeonato, así era mi vida hasta que a los 6 años cambio todo, cuando conocí a quien fue mi primera amiga y que con el tiempo se convertiría en mi mejor amiga. Prácticamente somos como hermanas, su nombre es Dennise, ella fue la primera y única que se acercó y quiso jugar conmigo en el colegio. Ese momento siempre lo recuerdo con mucho cariño:

El primer día de clases llegué temprano, había llevado mi pelota de futbol, cualquiera podría decir que era para jugar con mis compañeros, pero no, yo la llevaba para jugar sola, pues no conocía a otra niña que le gustara el fútbol tanto como a mí y los niños no jugaban conmigo porque según ellos, era deporte para hombres, yo ignoraba esos comentarios idiotas, pues yo estaba dispuesta a cumplir mi sueño de estar en un equipo profesional.

Al salir del salón vi como todos estaban con su grupo de amigos, pensaba que sería otro año escolar solitario, aunque eso no me importaba; mientras caminaba vi que había una niña sentada en un columpio, nos vimos por unos segundos, pero rápidamente bajé la mirada y seguí; empecé a jugar sola, tirando la pelota contra la pared y la detenía con mis manos o con los pies, de vez en cuando volvía a ver a esa niña que parecía que estaba entretenida viéndome jugar, de pronto un tiro que hice, le pegué tan fuerte que no pude detener la pelota

- ¡Rayos!

Al darme vuelta, vi que había caído cerca de la niña, no sabía de qué salón era, la verdad es que no soy quien se fija en las personas fuera de mi salón, pero supuse que era nueva, pues en todo el tiempo que llevaba jugando, nadie se había acercado a ella. No sabía si ir por mi pelota sin decir nada o pedírsela, pero ella al ver la pelota cerca, la tomó y empezó a caminar hacia mí

- ¡Hola!

No les respondí y me le quedé viendo seriamente, esperando que me diera la pelota

- Eh ¿Puedo jugar contigo?

Pregunto un poco tímida. Yo seguía con mi expresión de seriedad, por un segundo llegué a pensar en solo quitarle la pelota e irme a jugar a otro lado, pero ella esperaba mi respuesta con una pequeña y tierna sonrisa, no sé por qué, quizás saber que estaba sola como yo, que una niña quisiera jugar conmigo o que por primera vez alguien me hacía sonreír con esa carita que tenía, le respondí

- ¡Si, claro, vamos!

Muy alegre y emocionada de poder jugar, me preguntó

- ¡Genial! ¿quieres que te haga tiros? o ¿prefieres jugar a los pases?

Cuando me pregunto eso, en segundos también me estaba emocionando que a esa niña le gustará el fútbol tanto como a mí

- ¡Tiros!

Exclamé colocándome frente a la pared

- ¡Me encanta jugar como portera!

- ¿Sí? Bueno, prepárate entonces porque yo juego como delantera y le pego fuerte

Me respondió ella colocando el balón mientras daba unos pasos hacia atrás y se preparaba para pegarle, de seis tiros pude atajar 3, debo reconocerlo, le pegaba muy bien a los 6 años. Yo me entretenía jugando con mi pelota, pero con ella fue la primera vez que me divertía, estábamos disfrutando tanto ese primer juego entre las dos que no queríamos que iniciaran las clases, pero cuando la pasas bien el tiempo vuela y sonó la campana para ir a nuestra primera clase, ella tomó la pelota y mientras íbamos al salón finalmente nos presentamos

¿Me seguirás amando? - Ellie WilliamsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora