💎 Capítulo 6

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Luella desayunaba en la biblioteca completamente sola. No quería comer en la misma mesa que Benela. Hace más de 6 años que no desayuna a lado de su Madre. Bavilo y Kamal seguían asistiendo a los desayunos con Benela para mantener apariencias con ella. Aunque claro, Bavilo era el aferrado de querer complacerla de alguna forma.

La Rosa Roja del Imperio hizo pasar a su hija mayor un rotundo Infierno como forzarla... a ver sangre. Tenía 8 años cuando la pequeña Luella vio la sangre por primera vez, había ido a ver a su Madre con una sonrisa. Y al entrar a la habitación, presenció como su Madre asesino a una sirvienta con un cuchillo de carne. Aquella experiencia fue demasiado traumática para Luella, le informo sobre lo sucedido a su Padre, pero el Emperador Jaider hizo caso omiso.

Esa no sería la única vez que Luella presenciaria ante sus ojos inocentes el derramamiento de sangre.

Fueron una, dos, tres cuatro... hasta más de 20 veces. Luella terminó por acostumbrarse a ver a su Madre asesinar o mandar asesinar personas que la sangre ya la veía normal. La primera vez que la segunda Princesa de Arbezela asesino, fue por orden de su Madre a sus 15 años. La obligo a asesinar a su dama de compañía Emma,a la que Luella le tomo mucho cariño y amor, Benela la amenazo con hacerle lo mismo si no acataba la orden.

No tuvo más opción que obedecer.

De vez en cuando Luella tenía pesadillas con ese día, con sus manos manchadas en sangre y los gritos de su dama de compañía inundar su mente como un tsunami.

Aquel día un odio y asco por su Madre reemplazaron la tristeza, poco a poco a se fue alejando de la mujer que le dio la vida y no anhelar de nuevo su amor maternal. Desde entonces todas sus damas de compañía tenía prohibido acercarse a Benela, especialmente Inés.

—Otra vez comiendo a solas Luella.

Levanto la mirada de su plato y ahí estaba la Madre de Haveron, Cryna. Tenia una sonrisa dulce y tímida. Siempre había tenido una buena relación con la segunda concubina de su Padre, hubo momentos en los que Cryna la consoló siendo una niña. Con ella pudo saber un poco lo que se sentía el amor maternal, al darle algo tan básico como un abrazo y palabras dulces. Hoy en día tendría una relación mucho mas cercana con Cryna si no hubiera sido por Benela, quién siempre le prohibía que se acercara a ella.

 Hoy en día tendría una relación mucho mas cercana con Cryna si no hubiera sido por Benela, quién siempre le prohibía que se acercara a ella

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—Madame Marigold.

—Sabes que no tienes porque decirme así Luella, puedes llamarme Cryna.—dice sonriendo.

Una cálida sonrisa aparece en el rostro de Luella y la invita a sentarse a su lado quien Cryna no duda en aceptar su oferta y se sienta a su lado.

—Es bueno tenerte de vuelta ¿Te trataron bien en el Reino de Mahira?

—Si, el Rey y la Reina junto a sus hijos fueron muy amables conmigo.

Un silencio las inundó a ambas pero una pequeña sonrisa inundaba sus rostros. La relación de ambas serían aún más estrecha si Benela nunca le hubiese prohibido a Cryna acercarse a ella.

Destruir a las joyasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora