Jimin ha estado toda su vida atado a limitaciones por culpa de su trastorno y aunque a otra persona podría deprimirle, a él lo mantenía en paz, le gustaba su vida sin cambios y vivir en su burbuja de total tranquilidad.
Jungkook era un alma libre, h...
La tortuga boba es una especie de gran importancia ecológica, resulta clave para el control de medusas en las playas. Pueden llegar a medir más de un metro y pesar 500 k. Son especies migratorias, con dos poblaciones diferenciadas: la del Atlántico y la del Mediterráneo. Tiene un comportamiento reproductivo similar al de las otras tortugas, la hembra asciende a la playa y escarba un hoyo con sus aletas y pico, pone entre 100 a 120 huevos por nido que nacen mayormente en la noche, por la luz de la luna se guían hacia el mar. Las tortugas bobas siempre regresan a la playa en la que nacieron.
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Jungkook había escuchado toda su vida los errores que su padre había cometido en el pasado, se los recalcaban como si él tuviera la culpa o control de las decisiones tomadas por su progenitor.
Pero con todo y eso, podía entenderlo. La pérdida de su madre afectó a toda la familia, incluida Sandra. Aunque eran mejores amigas, ella la había amado como a una hermana, su abuela como a una hija y Jungkook como a una tía. El vínculo que se forjó después de la muerte de su madre fue tan fuerte como para darse segundas oportunidades, porque al igual que su padre, Jungkook también había hecho cosas malas.
El dolor que albergó por años lo demostró haciéndole daño a los que más quería. Desaparecía por días sin dar aviso a nadie, preocupando a su abuela hasta al llanto y enojando a Sandra por su rebeldía. Regresaba con un nuevo piercing o tatuado, algunas veces lleno de moretones y borracho.
Porque se odiaba.
Odiaba tener que ver a su padre cayendo en la locura por la falta de su madre. Odiaba tener que ser él el cuerdo de los dos, que no estuviera ahí cuando lo necesitaba. Pensó que creando conflicto podría quizás hacerlo regresar. Que volviera a ser el mismo hombre que los sacaba a pasear a la playa, que le enseñó a conducir y a pelear; que fuera su ejemplo, su guía.
Claro que no funcionó.
Su padre se aisló de todo y todos, y cuando menos lo supo, ya no hubo más rastro de él.
A pesar de todo Sandra le ayudó a recuperar los pedazos de el niño que había perdido. Lo aceptó en la escuela aún con su actitud y apariencia, le ofreció un hombro para desahogarse y se convirtió en esa figura que Jungkook necesitaba para retomar su camino.
Con los años, conoció a Taehyung, luego al resto de la banda y por último a Yoongi. Este le ofreció un lugar en el cual podría enseñarle al mundo ese talento que había ocultado por mucho tiempo. La música fue un pilar en el cual apoyarse, cantar sobre el escenario le empañaba los recuerdos y los volvía menos dolorosos.
Su vida continuaba así: yendo a la escuela, ayudando a su abuela con la pastelería y presentándose en el bar de mala muerte de el padre de Yoongi. No podía pedir más. No había nada que le faltara.
Hasta que él apareció.
Jungkook juraba que la gente le importaba una mierda, que el resto de el mundo podía irse al carajo. No le preocupaba nadie a menos que fuera su familia, porque nadie más era lo suficientemente significativo para él.
