MOUAT - Thomas Brodie Sangster
Dos adolescentes de dos mundos completamente diferentes, uno siendo pureza y amabilidad mientras que la otra solo maldad y crueldad.
Las historias de los cuentos ya están escritas, el príncipe gana y el villano pierde...
El rubio corría a prisa tras la chica de pelo lila, que desde hace más de diez minutos él se encontraba persiguiendo. La chica era rápida, pues sabía que estaba llegando tarde a clase, de no haberse quedado despierta hasta la madrugada pensando en sus sentimientos no se habría quedado dormida esta mañana y no estaría preocupada por llegar tarde.
La chica chocó accidentalmente con unas personas causando que sus libretas y ella se cayeran.
Soltó un gran suspiro y antes de que pudiera levantarse alguien más la ayudo.
—¿Estas bien?—pregunto preocupado el rubio mientras levantaba a la chica.
Mini cerro los ojos angustiada, la chica no quería toparse con aquel rubio para nada después de lo que había pasado el día anterior.
—Si, estoy bien y si me disculpas voy tarde a mi clase—esta quizo esquivarlo pero él no se lo permitió colocándose frente a ella—Déjame pasar Finneas—murmuro.
El chico negó—No hasta que veas esto—el chico lanzó al aire un objeto como si de una moneda se tratara y la atrapó en su mano nuevamente, con sus dedos mostró lo que tenia.
Un dije del logo real de su familia, un sol.
—¿Qué es eso?—pregunto Mini.
—Es para ti, es el logo de mis padres, quería darte un regalo—explicó el chico dejando ver que aquel dije era un collar para la chica—No sé qué ocurrió ayer pero espero con esto pueda arreglarlo. ¿Puedo?—señaló el cuello de la chica.
Mini dudo pero al final se dio vuelta levantando su cabello para que Finn pudiera colocar el collar, en un par de segundos el collar estaba sobre el pecho de la chica.
Finneas sonrió al verla usar el logo de su familia.
—Te luce genial.
Mini no dijo nada, solo sonrió.
—Y creo que debes irte a tu clase–miró el reloj en su muñeca, abrió los ojos sorprendido—Y yo igual—permitió pasar a la chica pero antes de irse volvió a hablar—¿Podré verte después?
El chico esperaba una respuesta negativa debido al comportamiento de su amiga pero la respuesta lo sorprendió.
—Claro—sonrió con cierta emoción dentro de ella, y sin más agitando su mano para despedirse Mini siguió su camino.
Finn miraba embobado por donde la chica había caminado, sin duda algo aquí estaba haciendo efecto y no solo la magia de una galleta.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
La chica de pelo lila se encontraba con sus cuatro amigos mientras el hada madrina aparecía para iniciar aquella clase que tanto les aburría, sin embargo cuando el hada apareció con la maravillosa sorpresa de la compañía de Merlin, Mini no pudo evitar sentir culpa tras haber sentido algo aprecio ante aquel hombre.
