2. Heaven AU

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Nota: este capítulo es muy largo (más de ocho mil palabras), así que, recomiendo que se lea a su ritmo. Tardé semanas en escribirlo pues no me gustaba en absoluto como iba quedando. Todavía no estoy conforme con el resultado, sin embargo, quería sacarlo ya de mi sistema para realizar los demás días (que me emocionan un poco más que este). 
Podría haber partes que no tengan mucha lógica o seguimiento (como que Angel es un overlord), pues se escribió día tras día, poquito a poco, y pude haber perdido el hilo de ciertos acontecimientos. No tiene tanto Charlastor, sin embargo, tiene sus hints. 
Ojalá les guste.

...

     El proyecto final para cada ángel redentor era siempre el mismo. Todas y cada una de las generaciones de ángeles no podían —ni debían— saltarse ese paso. Estaba escrito en las reglas con tinta dorada. Quien fuese capaz de redimir a un pecador de alta categoría, era capaz de ocupar un puesto importante en el reino de Dios.
     Aturdida, pero aferrada a sus sueños, Charlie se acercó a la sala de ceremonias de la academia. Buscó su asiento con la vista. Vaggie ya se encontraba ahí. 
     La directora la miró con reproche. Estaban a media reunión. Charlie se tumbó encima de Vaggie para lograr sentarse, no sin antes pisarles los pies a un montón de ángeles más.
     —¡Lo siento, lo siento!

     —¡Shhhh! ¡Ya casi es nuestro turno!

     Charlie rápidamente se incorporó en su silla. Le dio un vuelco el estómago. Estaba emocionada.
     Vaggie y ella se sonrieron. Era el momento que habían estado esperando durante toda su vida.
     La directora decidió reanudar su discurso.
     —Bien, tal parece que ya estamos completos... —dijo, tomando un pequeño control que descansaba sobre su escritorio. Una enorme pantalla de lona se extendió frente a la pizarra mientras las luces se apagaban. Frente a los ángeles aparecieron proyecciones variadas, pero todas tenían algo en común: eran fotografías humanas. Personas de diferentes nacionalidades, estilos y tamaños. Una infinidad de caminos qué tomar, así como una infinita ensalada de pecados por redimir. Charlie observaba las imágenes en silencio. Toda la sala se tensó cuando aparecieron fotografías muchísimo más dolorosas. Niños solitarios, hombres durmiendo en las calles, chicas llenando las aceras, listas para su primer cliente... La directora Sera se giró hacia sus alumnos, serenándose más que de costumbre—. Cada humano llega al mundo con una misión específica, sin embargo... Son las decisiones de ellos mismos, o las de otros, las que los llevan a la miseria. Las injusticias llevarán siempre a otras injusticias. Cada humano o pecador obtiene algo que no es permitido divulgar: su segunda oportunidad. Una redención.

     Sera cruzó las manos tras su espalda y caminó alrededor del podio. Su espalda erguida y sus manierismos pacíficos contaban una historia de arduo trabajo y muchísimo aprendizaje. Sabía que los ojos de todos sus estudiantes estaban pegados a ella, esperando.
     Se detuvo. Giró sobre sus talones y encaró a su audiencia.
     —El infierno no es más que el proceso de castigo y aprendizaje. Un parque de juego donde las almas pueden reflejar su pasado y asumirlo como suyo propio, y no es hasta que se arrepientan de él que logran obtener un paso hacia el paraíso... Sin embargo, las cosas no son tan sencillas.

     Las fotografías tristes fueron cambiadas por un montón de fotografías penitenciarias. Hombres y mujeres con rostros fríos, angulosos, desapegados, de miradas llenas de algo que Charlie reconocía a medias. Sus pupilas eran agujeros sin fondo.
     La profesora Sera detuvo las diapositivas y miró en derredor.
     —Existen humanos que no van a arrepentirse jamás. No tienen esa capacidad... Así que, ¿podrían estar condenados por siempre al eterno castigo? ¿Cómo podría un alma dañada reencontrar su camino? ¿Es el alma quien está dañada, o es el humano quien le corrompe?

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⏰ Última actualización: Aug 24 ⏰

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