Cap.#1: Tarde lluviosa en la nueva Torre Lavanda

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I

El lugar era concurrido por varias personas, pero no hacían tumulto. Era raro ver esa cantidad por tres días seguidos, eso sí. Las pisadas se podían oír en plenos rezos y deseos por los fallecidos, se solía desear que donde estuvieran les fuera mejor que en esta realidad.

—¡No hagas ruido! —recriminó en voz baja un guardia que estaba en la puerta del piso cuatro de la torre.

—L-Lo s-siento —se sintió intimidado aquel muchacho que hacía ruido con sus botas.

—Descuida —aquel hombre con traje parecido al de un oficial trataba de no intimidar tanto al chico. Se percató que el muchacho tenía una cámara fotográfica y una libreta en un bolsillo—. ¿Reportero de la radio?

—No, de la Gaceta de pueblo de Olas altas —respondió el joven tratando de hablar en voz baja.

—Esto es muy, pero muy inusual —dijo el guardia mientras acariciaba a un Misdreavus con ternura.

—Sí... es inusual que un entrenador y su pokemon mueran juntos y en circunstancias poco usuales —respondió el reportero mientras veía a personas cerca de dos tumbas.

Varios Gastlys, Haunters, Duskulls y Banettes rodearon ambas lápidas e hicieron un círculo en forma de respeto por los muertos. Las personas les dieron las gracias y se fueron de allí a los pocos minutos.

—Si me disculpa —dijo el reportero con respeto—, tengo que hablar con aquellas personas —se dirigió hacia las personas.

II

Los pokemon tipo fantasma tenían cierta conexión fuerte con las personas o pokemon cuando tenían a un ser querido muerto. Los estudios realizados en el Monte Pirico de Hoenn demostraron lo que muchos ya teorizaban, los pokemon tipo fantasma no son pokemones muertos, son pokemones cuyas propiedades con la materia son poco usuales y que su relación con el mundo de la muerte fue aprendida con la evolución al lado del ser humano que lo relacionaba con los espíritus.

Muchos teorizan que son pokemones de un tipo intermedio entre el tipo hada y el tipo siniestro, un tipo de pokemon que con los millones de años quedó extinto.

Lo positivo del tipo fantasma, para los investigadores, es que suelen rondar y habitar sitios abandonados, los cuales pueden llegar a ser ruinas abandonadas por civilizaciones antiguas y algunas dejarían cualquier calculo propuesto sobre la aparición del hombre como muy tardío.

Desde la aparición hace 20 años de un enorme pokemon verde en el cielo de Hoenn, cuyo nombre se puede interpretar en antiguas runas como Rayquaza, las investigaciones derivaron a pokemones ultrararos o algunos mal llamados legendarios.

Las investigaciones casi no llevaban a nada, salvo al interés por el tipo fantasma que, en cada excavación o excursión, siempre eran los que daban indicios de algún botín para los científicos de campo. Resultaba curioso que ellos estuvieran rondando por allí.

En Sinnoh, se encontraron unas ruinas que describían mediante dibujos la adoración y miedo hacia el tipo fantasma. En Kalos y Galar se encontraron dibujos muy antiguos donde el tipo fantasma era descrito como una entidad no viva más que un pokemon. Por último, en Johto y Teselia había antiguos manuscritos que hablaban de que los pokemon fantasma eran más proclives a estar cerca de los lugares ruinosos y de muerte porque en esos lugares no eran temidos por pokemon y humanos.

Ahora, todos querían estudiar al tipo fantasma y su origen prehistórico. La decimocuarta conferencia científica realizada en Kanto, donde tuvo de anfitrión al profesor Elm, dejó en claro que las investigaciones estarían volcadas en el tipo fantasma.

Fue de maravilla, los pokemones del tipo fantasma tenían en su DNA organizaciones celulares que no habían cambiado con el paso del tiempo, como sí solía ocurrir con el tipo planta, lucha o metal.

La intención era descubrir cómo eran los seres vivos en los inicios de este mundo y saber cómo utilizar todo ese futuro conocimiento para hacer avances que puedan ayudar a los que habitaban ese mundo... ¿o no?

Había un reducto de "científicos" que creían que los del tipo fantasma podrían tener una conexión más que biológica con todos los seres vivos... para ellos, el tipo fantasma era algo que existía entre dos mundos... entre la vida y la muerte.

III

—... Mi adorado Henry murió al lado de su Raichu —decía la viuda del tipo al que velaban al lado de su pokemon fallecido—, es una pena que un rayo le haya quitado la vida —la viuda estaba soportando las lágrimas.

—Supongo que la noticia fue demasiado fatal —decía el reportero con congoja.

—Lo que aún no puedo entender es que un enorme rayo los haya atrapado —hizo un alto al bajar las escaleras—. Ellos siempre practicaban el retener y devolver el rayo de las nubes.

—Supongo que no se puede poner a prueba a la naturaleza —el reportero se sentía algo sorprendido.

—Lo que me sorprende es que de las nubes de la montaña Peschinni haya llegado el rayo —dijo muy acongojada.

—Pero esa montaña está a varios kilómetros —su semblante dejaba la congoja de lado—. ¿Usted vio a su esposo morir?

—No, si lo hubiera hecho... no podría hablar con usted —dijo muy triste. Se secó las pocas lágrimas que le salían de los ojos y miró al reportero.

—Por ahora voy a dejar de responder, sé que no lo hace con mala intención, sin embargo, necesito recuperar fuerzas. Vivo a la entrada de ciudad Ferranuova, puede buscarme en una semana si desea saber más. Buenas tardes —se fue con unos familiares que la esperaban unos escalones más abajo.

El tipo se quedo pensativo, no tenía sentido que unas nubes de una montaña que quedaba a casi una ciudad de distancia pudieran acabar con la vida de dos seres. Los del tipo eléctrico podían atraer rayos de manera fácil es los días de lluvia. También cabría agregar que el potencial eléctrico de un Raichu solía ser muy impredecible.

El reportero salió del lugar mientras unos Duskull jugaban alrededor suyo. Apenas salió, sacó un paraguas mientras se iba a caminar con rumbo a ciudad Golda que quedaba a poca distancia de Nueva Lavanda, lugar donde estaba.

La frecuente lluvia era algo casi natural en aquella región y más cuando es invierno. Así era el tiempo en la región Xigartha.

IV

Un enjambre de Beautiflies pasaba volando hacia ciudad Malvalona, venían de ciudad Calagua, su ruta era llegar hacia el bosque Petalia que quedaba entre ciudad Ferrica y ciudad Petalia para anidar.

El enjambre llamaba la atención de la profesora May que se encontraba investigando los cambios de rutina de los Poochyena de Malvalona con respecto a sus hábitos alimenticios, ahora iban a la costa a cazar Magikarps.

—Espero que estés bien donde estés, amiga —decía la profesora May recordando con nostalgia a su antigua Beautifly.

De su cinturón tomó una pokebola y sacó un Arcanine, montó encima de él y se dirigió rumbo a Verdegal. Cuando pasó por la guardería, se percató de la presencia de una vieja conocida. Hizo un alto y bajó para saludarla, no obstante, se percató del estado de ánimo de la muchacha.

—Algo raro está pasando en Xigartha, profesora May —dijo la muchacha de cabello rojizo con su Scyther al lado.

La profesora se quedó algo sorprendida por la mirada perdida de su antigua alumna y amiga. Comenzó a llover de manera repentina.

—Vamos adentro, Amelia —sentenció May con amabilidad.

Ambas entraron a la guardería para resguardarse y, de paso, saludar a los viejos conocidos.

08/08/2024

Pokemon: vida y muerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora