C24 París

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Jack

En la secundaria...

Nunca fui alguien de muchas palabras, o alguien que decía lo que sentía al mundo entero, crecí en una gran familia y me limitaba a decir lo que pensaba. Eso cambió un poco cuando comencé a ser amigo de Diana y los chicos.

Tampoco me imaginé ser popular en la secundaria, pero lo fui. Me imaginaba mi vida escondido en un libro, o más en una batería tocando mis palillos y jugando con ellos por la escuela, pero no pasó eso.

En realidad yo no jugaba con ellos, solo lo hacia en mi casa y cuando ensayábamos con la banda, en la escuela me limite a solo ser Jack Jonshon, el chico que tocaba en la banda que estaba en el bar del loco Alvin y lo hacía con mucho glamur, o eso decían.

Solo camine por los pasillos con la mirada en frente "nunca bajes la mirada Jack, tú estás por encima, eres popular ahora amigo". Eso me recordaba Alan siempre que podía, no era un mal tipo, pero tampoco era el mejor. Seguí así en toda la secundaria, menos cuando si baje la vista para ver todo rojo.

Un día, luego de las prácticas de fútbol, salimos de los vestuarios, en los pasillos todo estaba dividido, los populares, los que querían pasar desapercibidos y los raros. Así los caracterizaron el grupo de fútbol y basquetbol. Cuando salí de entrenar con uno de mis compañeros, a lo lejos pudimos ver como unas chicas molestan a otra chica, le tiraron todo lo que tenía en su casillero, ella solo se limitó a levantar todo.

—¿Qué pasa ahí?— Uno de los chicos se nos acercó.

—Solo es Kiara, molestando de nuevo al grupo de los raritos— Todos rieron con mi comentario. La realidad es que nunca me gustó eso, pero debía encajar, tenía una banda que tenía que ser bien vista por todos.

—Vamos allá, capaz todo se ponga mas feo— Fuimos hacia donde estaban Kiara y sus amigas. La chica a la que molestaba era bajita de cabello castaño, tenía poco maquillaje. De repente, sin previo aviso alguien vino caminando muy fuerte, tiró sus cuadernos y el cuerpo de Kiara golpeó contra el casillero, todos nos apartamos por el susto.

La chica que estaba agachada, fue levantada de un solo tirón por otra que era un poco más alta y tenía el cabello más rojo que vi en toda mi vida, puedo jurar que era fuego puro. Levantó a su amiga y le secó las lágrimas.

—¿Estás bien Cat?— la chica solo asintió.

—Dios, si llego la chica del cabello como una zanahoria.

—¿Qué tal cuatro ojos?— Uno de mis compañeros la saludo, yo nunca la había visto, ella se volteo a vernos, tenía unos ojos azules que se podían ver a través del vidrio de sus lentes. En ningún momento me moví, quedé totalmente hipnotizado, no podía apartar mi vista, todo era rojo y azul. Pero ella no me miró mucho, no en la situación que se encontraba.

—Escucha Kiara, me importa poco lo que digas de mi o mi pelo, o de mis lentes, lo que sí te diré solo esta vez. No vuelvas a molestar a Catalina. Si quieres divertirte, búscame.— La chica tomó sus cosas y la mano de su amiga y se fue y solo se detuvo al escuchar la voz de Kiara.

—Como cambia la gente cuando le rompen el corazón, ¿no crees Paris?

—Ahora lo se, gracias por recordármelo, pero no me lo rompieron por completo como a ti— Por todo el salón se escuchó las burlas de los chicos por lo que dijo Paris, ella solo se fue, y Kiara nos empujo y se fue también.

Creo que todos se fueron, excepto yo, que me había quedado en ese pasillo tratando de asimilar lo vivido ¿Cómo era que nunca había visto a esa chica? ¿Cómo con un cabello tan llamativo yo no la vi? Siempre voy con la cabeza en alto y tal vez nunca baje la mirada, pero, tendría que haberla visto.

Lluvia de Medianoche (Completa, Editando Borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora