C7 Un día Normal

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No volví a hablar con Jack sobre el tema del compromiso. Era un tema demasiado delicado para los dos. Habían pasado dos semanas desde que lo hablamos, Jack cayó enfermo y no lo vi más. Habíamos vuelto a Los Ángeles a grabar las canciones y terminar el álbum.

Con Lu y Skay habíamos salido a comprar ropa, ellas decían que les faltaba algunas cosas como una nueva bikini, a la otra le faltaba zapatos. No entendía porque yo tenía todo. Pero así comenzó la búsqueda en el centro comercial.

Ester ya no nos dejaba salir solas, estábamos con nuestros seguridad. Larry era mi seguridad. Lorena y Sabrina se encargan de ellas. Larry era increíble, el pobre no había renunciado a cuidarme todavía y gradecía que no lo hiciera. Cuando bebía mucho casi siempre el que me encontraba era él, aunque no estaba muy consciente de las cosas que hacía en ese tiempo siempre quise que me encuentren. Le dejaba pistas a Larry o a los chicos, no quería que nada grave me pase por eso lo hacía.

—¿Tú no necesitas algo Diana?— Lu ya había entrado al centro comercial casi corriendo en busca de su bikini.

—¿Cómo que?

—No se chica, ropa, ropa interior, una bikini nueva. Vives en Los Ángeles Diana, siempre hace calor— Eso era verdad, ella tenía un gran punto de vista.

—Si, porque no una bikini y ropa interior— Y así terminamos dando vueltas por todo el lugar. Lu había encontrado una bikini rosa, yo una negra con puntos blancos. Skay había conseguido los zapatos dorados que tanto quería.

Ellas se emocionaron demasiado con la compra y yo por mi parte tenía demasiada hambre.

—¿Cuándo terminan? Tengo hambre— Mis quejas se escuchaban por toda la tienda de artículos para teléfonos, de verdad me quería ir.

—Compro esto y nos vamos, te lo prometo— Skay no podía elegir una tonta funda para su teléfono nuevo, la quería matar. Me fui a sentar en donde estaban los de seguridad. Larry se hizo a un lado y ahí nos quedamos por treinta minutos esperándolas.

—Por fin- Salte del asiento — Con que iba hacer rápido eh.

—Lo siento, pero ahora tu eliges donde comer aunque no nos guste— Me parecía un trato justo, aunque no comíamos nada diferente, nos gustaba todo lo mimos a las tres.

—Vamos por unos tacos.

Llegamos y pedimos la comida, una malteada y helado. La gente de seguridad también comió, los pobres no daban más de estar parados y siguiéndonos por todos los lugares. Sonó un teléfono, Skay se levantó porque era el de ella, su llamada no duró ni cinco minutos, volvió rápido.

—Era Max, dice que Jack está mucho mejor y quieren ensayar, ellos están yendo para el estudio ¿Vamos?— Todas asentimos, nos levantamos para ir.

—Esperen acá— Lu se fue corriendo a decirle algo a su guardaespaldas, Sabrina.

—Nos vamos a ensayar ¿Puedo ir en el auto?— Lu le puso las manos a modo de súplica. Ella tenía a Sabrina como una figura materna y la quería mucho. A Lu su guardaespaldas no les duraba. Si eran hombres se acostaba con ellos y luego se iban, si eran chicas se llevaba mal. Pero no con Sabrina.

—¿Ustedes que opinan?-—Todos se miraron y luego asintieron, así que le dieron el auto a Lu y eso no era bueno.

—¿Por qué no dejas que maneje yo?

—Si Lu, deja que Diana maneje.

—Están locas, hace semanas que no me dejan usar el auto yo manejare— Nos miramos con Skay, esto no era bueno. Si Max manejaba sin prudencia, Lu era peor, ella no respetaba nada y además miraba el teléfono, estábamos muertas.

Lluvia de Medianoche (Completa, Editando Borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora