Reencuentro en la Sombra capítulo 4 (reescrito)

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Hana y Tanjiro se despidieron de Yushiro y Tamayo, y después de insistir y darle un sermón a Tanjiro, Hana logró que aceptara que ella llevara la caja de Nezuko. En el camino, Hana escribió una carta para su abuela, informándole sobre la situación de los dos hermanos, solicitando permiso para viajar con Nezuko y prometiendo que se haría responsable de cualquier problema que surgiera.

Tanjiro, curioso, le preguntó a Hana—¿Para quién era esa carta que mandaste?

sonrió al pelirrojo y respondió—Es para mi abuela. Le informé sobre vuestra situación. No puedo ocultarle nada a la pilar de la naturaleza.

—¿Y no se molestará contigo por viajar con nosotros? —preguntó Tanjiro, un poco apenado.

—Tranquilo, ella es una buena mujer y sabrá entender la situación. Además... sabe que me encariño rápido con las personas. Puede que suene grosera, pero te veo a ti y a Nezuko como los hermanos menores que nunca tuve —comentó Hana, sonrojada y algo avergonzada.

Tanjiro, con una sonrisa burlona, le dijo—Nosotros también te vemos como una hermana mayor. Eres sabia, inteligente, y claro, como toda hermana mayor, mandona.

Justo cuando Hana iba a responder, un cuervo llegó anunciando que debían dirigirse al sur-sureste. Tanjiro, molesto, le pidió al cuervo que se callara, mientras Hana le pasaba una bolsa de semillas para que se mantuviera callado.

De repente, un grito perturbador rompió el silencio. Los tres se dieron vuelta para ver a un chico de cabello amarillo con puntas naranjas arrodillado frente a una chica de cabello negro, quien parecía asustada.

—¡POR FAVOR, POR FAVOR! ¡CÁSATE CONMIGO! ¡Podría morir en cualquier momento, por eso quiero que nos casemos!

Tanjiro se acercó, estirando la mano para que el gorrión del chico pudiera posarse en él.—¿Qué pasa? —preguntó Tanjiro.

Hana vio la situación y, con una sonrisa, le dijo a Tanjiro—Ve a ayudar a la chica. Y tú, pequeño, descansa y come estas semillas.

Tanjiro tomó al chico del yukata y comenzó a regañarlo.—¿Se puede saber qué haces? ¡No ves que estás molestando! ¡Y no le des problemas a tu gorrión!

Ese uniforme... ¡Eres de la selección final! —exclamó el chico, sorprendido.

—¡No conozco a nadie como tú! —respondió Tanjiro.

Hana, con amabilidad, se dirigió a la chica—¡Ahora puedes irte tranquila! Te aseguro que ya no te molestará.

La chica agradeció y se inclinó hacia Hana antes de irse. Luego, Hana se volvió hacia el chico rubio con una expresión seria.

—¡AHORA TÚ! ¡NO LE DES PROBLEMAS A TU GORRIÓN Y CUMPLE CON LAS MISIONES!

—¡NO QUIERO MORIR! —gritó el chico, corriendo a abrazar a la chica que se había ido.

—Si pasaste la selección final, estoy segura de que podrás sobrevivir a las misiones —dijo Hana mientras el chico se aferraba a ella.

—¡ENTONCES USTEDES DOS ME AYUDARÁN PARA NO MORIR! ¡¡POR FAVOR!! —imploró el chico, aferrándose más a Hana.

Tanjiro intervino—¡ESTÁ BIEN, PERO YA SUELTA A HANA!

El chico, agradecido, se limpió la nariz mientras decía—Gracias y perdón.

—No hay problema —dijo Hana, sonriendo.

—Agatsuma Zenitsu —se presentó el chico.

Corazones Unidos (Giyū Tomioka) ReescribiendoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora