capitulo 5

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V

Amistad..

—Cuántas copas de saske bebí anoche– comentó con una resaca que lo estaba llevando de mal en peor– creo que esta vez sí me pasé.

—Nos pasamos amigo, nos pasamos, porque te acuerdo que fuimos juntos a beber luego de haber atrapado aquel salmón–llegando justo detrás de el–aunque la resaca fue fuerte Nada se compara a la alegría y diversión que tuvimos anoche.

—A puesto todo lo que tengo aquí a ninguno de esos herederuchos jamás podrán experimentar el placer y alegría que tuvimos anoche.– sintiendo otro  dolor en su cabeza– ay mi cabeza mi cabeza me vuelve a doler.

—Tienes razón amigo mío podremos tener poco pero nos divertimos más que ellos– cayendo desmayado por la resaca.

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Me pregunto cómo fue que terminé persiguiendo un siervo en medio de la aldea de la hoja con dos completos desconocidos.

Ah claro el deseo de tener un poco de libertad me llevo a esta situación curiosa, pero ya que se le va a hacer no es como si pudiera volver de nuevo a la torre y fingir que nada  había pasado.

Claro Qué puedo hacer eso pero simplemente no deseo hacerlo. Tener este tipo de libertad no se da casi siempre.

—¡Hey tú chico con cara de estreñido mueve más las piernas y ayúdame¡– gritó la chica desconocida–¡y tú también mueve las piernas peliteñido!.

—¡Hey¡–gritamos el Rubio y yo al mismo tiempo.

—Deja de decirme asi–le conteste

—Lo mismo digo–fue el turno del rubio de responder.

—Y cómo se supone que quieren que les diga si ni siquiera sé su nombre–contraatacó– me ven cara de adivina o que?.

Hiba a seguir protestando hasta que el Rubio me miró y tomo la palabra.parece que interrumpirme era parte ya de mi vida diaria.

—No creemos que seas adivina ni nada por el estilo, pero si no te sabes nuestros nombres podrías por lo menos llamarnos por apodos menos insultantes–mirando directamente a la primera a los ojos–o te gustaría que te dijeran gritona.

Al parecer la peli negra mal interpreto las cosas porque inmediatamente empezó a fruncir su seño.

—¡Ya verás peli teñido!–subiéndose la manga del yukata para saltar directamente hacia el rubio– a mi nadie me dice gritona.

Cuando vi que Hiba a saltar a golpear al rubio supe que era el momento de meterme antes de que el lío se volviera más grande.

Además con los gritos, ya empezábamos a llamar la atención de la gente y lo último que quería era que la gente se percatara de mi presencia.Tomé la decisión de alarlos a ambos hacia una esquina.

—Ustedes dos, basta–mi parte diplomático había salido a flote– tratemos de poner las cosas en una balanza y resolvamos las cosas, además que no se les olvida que hay un siervo fugitivo.

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⏰ Última actualización: Sep 20, 2024 ⏰

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