Odalys Luzón, una mujer atrapada en una prisión injusta por un delito absurdo, lucha por la justicia en los barrios marginales. Desde su celda, sueña con una sociedad más equitativa, sin caer en utopías irreales ni distopías desoladoras. Sin embargo...
Harold Fiore: Así que emprendí mi viaje. El tipo me dio la dirección de mi destino; decía que tenía que ir a la isla Pomodoro... o era Inodoro, no me acuerdo. Seguí mi camino recto hacia la isla, preguntándome por qué este tipo no podía simplemente comprar detergente en una tienda normal. Supongo que cada quien con lo suyo.
-¡Estruendo!
Aparentemente, el ruido venía del bosque, pero decidí continuar por mi camino.
-¡Estruendo!
Jeje, ignoraré el ruido y procuraré no distraerme.
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(Bosque maldito)
(Harold Fiore caminaba, pero no podía ignorar el ruido que venía del bosque.)
Harold Fiore: Tengo ganas de ver qué ocurre. Voy a acercarme al bosque.
(De repente, mientras camina, se choca con un árbol porque el lugar estaba cubierto de niebla.)
Harold Fiore: ¡Ay, mi cabeza! Me duele tanto... Creo que me hice un agujero... o tal vez solo me duele. ¡Oh, oigo nuevamente ese sonido! Tengo que levantarme.
(Al llegar al lugar de donde provenía el ruido, que ahora no estaba tan lejos, ve a una chica rara golpeando platillos.)
Harold Fiore: —(Susurrando)— Voy a caminar despacio para que no se percate de mí. Ahora que sé que el ruido no era algo importante...
Beatrix Balboni: —(Girándose súbitamente)— Te estoy observando. ¿Cómo te atreves a caminar en el bosque maldito a ciertas horas de la noche?
Harold Fiore: Porque no encuentro nada raro en caminar a ciertas horas de la noche... especialmente porque, aparentemente, tú haces lo mismo. Y, por cierto, ¿qué haces con esos platillos?
Beatrix Balboni: Estoy realizando un ritual.
Harold Fiore: Ok... ya me voy, tengo prisa.Beatrix Balboni: Solo anda con cuidado, forastero. Este bosque tiene su propio... ritmo.
(Harold Fiore se despide rápidamente y continúa su viaje hacia la isla Pomodoro.)
