Cap. 0: El Campamento

59 7 19
                                    



Como todas las mañanas, lo primero que hizo Eveg al despertarse por la mañana (gracias a los gritos matutinos de su Sargento) fue mandar una pequeña plegaria a Dios y sus Sanktos para que la protegieran

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Como todas las mañanas, lo primero que hizo Eveg al despertarse por la mañana (gracias a los gritos matutinos de su Sargento) fue mandar una pequeña plegaria a Dios y sus Sanktos para que la protegieran.

Después de eso, Eveg saltó desde su cama de arriba al suelo, evitando caer encima del cuerpo de su compañero de abajo, Stepan Smirnov, que se había vuelto a caer de su cama esa noche.

-Buenos días, Stepan. -saludó, ya poniéndose su uniforme en la esquina que, gracias a los Sanktos, ocupaba su litera.

-Vete a la mierda, Keith. -gruñó Stepan, levantándose y sentándose en su cama de abajo. Se frotó la espalda, dolorido.- ¿Qué día es hoy? ¿Jueves?

-No, Miércoles. -corrigió Eveg- Hoy nos toca quedarnos en el campamento para encargarnos de las funciones domesticas.

-¿A fregar platos otra vez?

-Ya quisiera yo. Esta semana nos tocan las letrinas y las caballerizas.- Eveg volvió a corregirle, terminando de abrocharse la camisa verde oliva y poniéndose la chaqueta a juego.

Stepan se dejó caer en su colchón. Cerró sus ojos verdes y se frotó la cara, seguramente pensando en todas las heces que iba a tener que limpiar hoy.

-Joder...-gruño.

-Ya lo sé, pero te recomendaría adecentarte antes de que el Sargento se pase por aquí.-comentó Eveg, ajustándose el cinturón con sus armas esenciales.- Hoy venía el Coronel de visita especial desde la mismísima Os Alta.

-¿El Coronel? No me jodas. ¿Por eso el Capitán y su séquito de tenientes han actuado como ardillas estresadas últimamente?- Stepan preguntó, abriendo los ojos para mirar a Eveg con una ceja alzada, todavía tumbado en su cama.

La chica se encogió de hombros, empezando a trenzar su cabello oscuro.

-Eso es lo que se rumorea.

-Sanktos... Entonces hoy nos espera un día magnífico. -Stepan farfulló mientras se obligaba a ponerse en marcha.

Eveg no supo si eso fue sarcasmo o un comentario malicioso, pero después de siete años junto a Stepan, sabía que era mejor no preguntar. 

Aunque eso no quitó el hecho de que Eveg le tirara su uniforme y sus botas encima, metiéndole prisa para que se empezara a cambiar ya.

Aunque eso no quitó el hecho de que Eveg le tirara su uniforme y sus botas encima, metiéndole prisa para que se empezara a cambiar ya

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Reino de Espadas y Sombras ● Nikolai LantsovDonde viven las historias. Descúbrelo ahora