Que cursi me estas volviendo,Dani.

6.6K 438 21
                                    

Al día siguiente me despierto desganada, con un dolor de cabeza mortal.
Si, he estado llorando toda la noche.
No os imagináis ni la mitad de lo que quiero yo a ese chico, enserio.
Y es duro, muy duro.

Me coloco el uniforme rápidamente y voy hasta el baño, para lavarme la cara y los dientes.
Decido maquillarme un poco, para que no se noten mis horribles ojeras y me hago dos trenzas.

Bajo a desayunar con la mochila pegada en el hombro y saludo a Carla con una sonrisa algo fingida.

-¿Mala noche?-pregunta, tendiéndole una tostada con mermelada de fresa.

-Si tu supieras.-suspiro, dandole un bocado.

Después nos dirigimos hasta el instituto y llegamos justas, por lo que no me da tiempo a saludar a nadie.
Me siento en mi sitio, detrás, y comienzo a atender a la explicación, porque biología nunca se me ha dado bien.

El resto de las horas se me hacen eternas, ya que no he salido al recreo porque la idiota de ingles quería hablar conmigo sobre no sé qué de mi comportamientos de pasota.
Qué no lo tengo, pero bueno.

Llego a casa y me alivio al ver a Ann ya allí, la que viene y nos saluda a las dos con un abrazo.

La madre de Carla nos ha echo la comida y hay que admitir que le ha salido increíble.

Nada mas acabar subimos las tres a la azotea donde ya han dejado todos los muebles que compremos para aquí.

Con ayuda de las chicas, consigo cubrir el parqué con una moqueta blanca donde solo puedes pisar descalza.
Colocamos los sofás haciendo una fuerza increíble y cometamos la gran televisión.
También montamos una estantería color blanco donde dejamos los diferentes DVD y al otro lado de la gran habitación montamos armarios y una gran estantería de roble donde colocamos todos mis trofeos.
En el armario guardamos mis uniformes y los patines y nos tiramos al fin al suelo, rendida.

-Tendríamos que haber aprovechado esto antes.-ríe Carla, levantándose y tendiéndonos la mano.-Había aquí hasta un piano y sin enterarnos.

-La verdad es que si.-suspiro.-Ha quedado genial.

*Narrador en tercera persona.*

Dani juguetea distraídamente con dos pares de patines pequeños, los que le regalo Diana hace poco.
Los cuales ha llevado con el todo este tiempo que los tiene.
Incluso para el concierto que dio en México ara una semana.

Justo nota como el coche aparca y no tarda en bajar y salir corriendo sin dar ninguna explicación.
Aunque su hermano ya sabe donde va con tanta prisa.

Cuando llega a casa de Diana, es Carla quien le abre, y lo mira extrañada.

-¿Dani?-se sorprende.-¿Tu no estabas en..?

-Hemos vuelto antes.-suspira.-¿Puedo verla?

-No creo que sea muy buena idea.-se muerde el labio.-Pero pasa, esta en la azotea.

*Narra Diana.*

Rozo las teclas del piano mientras de mis ojo no paran de salir lagrimas.
Miles de recuerdos de cuando mi madre me tocaba y me cantaba aparecen en mi mente una y otra vez, y si a eso le sumamos que tengo el corazón roto en pedazos, es inevitable de llore.

Oigo unos pasos en las escaleras y me quito rápidamente las lagrimas, pero no me giro.
Sigo con la mirada fija en las teclas.

-¿Se puede?-susurra esa voz.

Esa voz que reconocería en cualquier parte, esa voz que me ha vuelto loca tanto tiempo.
Esa voz, que eriza mi piel con solo articular una palabra.

Agacho la cabeza y suspiro ruidosamente, como único intento de no llorar mas, aunque es imposible.

-No llores, por favor.-vuelve a susurrar dulcemente, acercándose a mi.

-No te acerques.-digo fría.

Pero no me hace caso, cosa que hace que me levante y me quede enfrene de él.

-Diana, déjame explicártelo, por favor.-me agarra una mano y la acaricia.
Y veo como sonríe cuando se da cuenta de que aún tengo la pulsera que me compro en la feria cuando nos conocimos.

Trago saliva y me giro, vuelvo a sentarme en el piano y comienzo a tocar algunas notas.

Do, re, mi.

-Esto era de ella.-susurro.-Era de mi madre.

Dani se sorprende y se sienta a mi lado, mirándome tiernamente.

-Estaba jodida por su muerte Dani, y tu lo sabias.-tenso la mandíbula.-Y sabiendo que ya estaba mal, me has jodido aun mas.

-Yo...-comienza.-Diana, no es lo que piensas, ¿vale?, yo no te quiero hacer daño, nunca he querido, ¿entiendes?, Yo te quiero, y no tienes ni idea de cuanto.-me agarra la mano de nuevo.-Déjame que te lo explique, por favor.

-Esta bien.-bufo.-Empieza.

-Fue en la firma.-comienza.-Bueno, cuando acabo la firma, en un restaurante que fuimos con un chaval que también canta.-me mira a los ojos y le aparto la mirada.-De repente entraron unas modelos mexicanas y saludaron al chico, y nos saludaron por educación a nosotros.
Una de ellas, no me se ni su nombre, nos reconoció y se tiro a abrazarme.-se muerde el labio.-Me pregunto si haríamos cualquier cosa por nuestras fans, y yo le conteste claramente que sí.

-Esto parece un cuento chino.-bufo.-Déjalo.

-No, escúchame.-me pide y se peina el pelo nerviosamente.-Entonces ella me pidió un beso, y yo, pensando que seria en la mejilla como cuando me lo piden todas, accedí.
Entonces todas sus amigas prepararon los móviles y le sonreí, me acerque poco a poco a su mejilla, feliz porque una modelo me considerara su ídolo, y de repente giro la cara y me beso, yo intente apartarme, lo juro, pero me cogió de la cabeza y me apretó mas a ella, impidiéndolo de esa manera.-y agacho la cabeza, quitándome las lagrimas, mierda, ya sabia yo que tenía que preguntar antes de decirle lo que le dije joder.-No sabes la fuerza que tenía esa tía, de verdad.

Doy una suave risilla y lo miro avergonzada.

-Perdón.-susurro.-Perdóname por favor, no tenía que haber sacado conclusiones antes de escu...-y me interrumpe juntando nuestros labios, atrayéndome mas a el para hacer el beso mas intenso.

-No te tienes que disculpar.-sonríe encima de mis labios.-Yo abría echo lo mismo, y mi orgullo además le impediría escucharte, así que no te preocupes. ¿Vale?-me acaricia la mejilla.-Estoy aquí, y no volveré a irme tanto tiempo, pequeña.

-Te quiero.-le abrazo muy fuerte.

-Tengo una cosa para ti.-celebra, sacando una bolsita.-Es un regalo por haber ganado la competición.

-Ya tengo bastante con tenerte aquí.-sonrío.-Dios, que cursi me estas volviendo, Dani.

Da una carcajada y me tiende la bolsa, poniendo una sonrisa increíblemente sexy.

-Venga, seguro que te gusta

Mi única verdad. {jdom}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora